Al menos 69 personas murieron este lunes en la provincia de Deraa, en el sur de Siria, la mayoría de ellas en el curso de enfrentamientos armados entre las tropas leales al presidente Bashar al Assad y fuerzas militares disidentes, según informaron fuentes de Derechos Humanos. La Organización Siria de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, ha informado de que 34 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad del régimen murieron en un enfrentamiento con un grupo de supuestos desertores del Ejército.
Los combates comenzaron después de que los militares disidentes atacaran varios vehículos del Ejército y causaron también la muerte de al menos doce asaltantes. Aparte, otras 23 personas perdieron la vida a causa de «disparos procedentes de puestos de control de la seguridad y militares» en varias aldeas del sur de Siria, según las mismas fuentes.
La provincia de Deraa, próxima a la frontera con Jordania, fue el epicentro de las primeras protestas contra el régimen, que comenzaron el pasado mes de marzo y se han extendido desde entonces a buena parte del país. El Gobierno sirio ha prohibido la presencia de periodistas extranjeros en el país, lo cual dificulta la confirmación de las informaciones de los grupos activistas. La agencia estatal de noticias, SANA, no ha hecho ninguna mención a los incidentes del lunes.
Cientos de personas han muerto en Siria en lo que va de mes a causa de la violencia. La ONU ha registrado hasta la fecha alrededor de 3.500 muertos desde que comenzaron las movilizaciones contra el régimen, inspiradas por las que acabaron con las dictaduras de Túnez, Egipto y, muy recientemente, Libia. Las organizaciones de Derechos Humanos han acusado a las autoridades de homicidios y torturas. Por su parte, el régimen ha atribuido la violencia a grupos terroristas armados y ha denunciado la muerte de al menos 1.100 soldados y policías desde que comenzaron los disturbios.