El líder norcoreano Kim Jong Il falleció el pasado sábado por un «infarto agudo de miocardio», según han informado este lunes los medios oficiales del país. Tras dar a conocer la noticia de su muerte, los órganos portavoces del régimen comunista han anunciado la designación inmediata de su tercer hijo, Kim Jong Un, como Líder Supremo del país, y nuevo dirigente de uno de los regímenes más empobrecidos, volátiles y enigmáticos del mundo, así como potencia nuclear reconocida.
Un escueto comunicado oficial detalla que Kim Jong Il murió en torno a las 08.30 horas –hora local, 00.30 de la madrugada hora española– del 17 de diciembre durante un viaje en tren. Poco después de anunciarse el fallecimiento, Corea del Sur ha puesto a sus tropas en estado de alerta, a la espera del próximo movimiento de su país vecino, con el que lleva en estado de alto el fuego desde el fin de la guerra civil, en 1953.
Desde que se tenga constancia, el régimen norcoreano comenzó a preparar la sucesión del «Querido Líder» en septiembre de 2008, cuando sufrió un grave infarto, según los servicios de Inteligencia estadounidenses, que debilitó gravemente su salud. A pesar de que recientemente había mostrado buen estado de salud en sus últimas visitas a China y a Rusia, cada vez han sido más frecuentes las apariciones de su heredero, nombrado el pasado septiembre de 2010 vicepresidente de la Comisión Central Militar del Partido de los Trabajadores, así como general de alta distinción.
El joven sucesor –según los servicios de Inteligencia no llega a los 28 años de edad– coge las riendas de un país monolítico. «Todos los miembros del partido, militares y el pueblo deben seguir fielmente el liderazgo del camarada Kim Jong Un y proteger, así como fortalecer aún más, el frente unido del partido, el Ejército y el pueblo», rezó el anuncio de la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA.
Adiós al «querido líder»
Kim, quien asumió el poder después de la muerte en 1994 de su padre y fundador del Estado, Kim Il Sung, ha irritado al mundo durante años con su programa nuclear y la constante amenaza de enviar a su Ejército al sur a través de la frontera que ha dividido a la península de Corea durante más de medio siglo. También ha dejado a su país en la ruina. Una salvaje hambruna declarada al principio de los 90, tras el colapso de la Unión Soviética, podría haber dejado cerca de un millón de muertos entre los 22 millones de habitantes del país, según información proporcionada por ONG y desertores del régimen.
Desde entonces, Corea del Norte lucha contra la falta de alimentos, que pone gravemente en peligro el bienestar de la sociedad. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha hecho llamamientos para paliar estas carencias y Corea del Sur aporta grandes cantidades de alimentos para revertir la situación de emergencia.
Kim ha dependido en gran parte de las amenazas militares, con algo de éxito, para lograr concesiones de potencias regionales que lo ayuden a mantener a flote la economía de su país. Cuando lo ha creído conveniente, ha elevado el nivel de retórica y de amenazas contra Corea del Sur, sobre todo tras la llegada al poder del conservador presidente Lee Myung Bak, quien insiste en conseguir determinadas concesiones de paz por parte de Corea del Norte para normalizar las relaciones entre ambos estados.
Frentes abiertos
Kim Jong Un hereda no obstante una relación bilateral más distanciada que nunca por dos graves incidentes. El primero fue el hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonan por un presunto torpedo norcoreano en marzo de 2010 que causó la muerte de 46 marineros. Corea del Norte negó categóricamente cualquier relación con el suceso.
Pero en noviembre de 2010 se producía el enfrenamiento armado más grave entre ambos países en medio siglo: el bombardeo de la isla surcoreana de Yeonpyeong, iniciado por Corea del Norte y que prosiguió con una respuesta de la artillería surcoreana. En total perdieron la vida dos soldados y dos civiles surcoreanos. Corea del Norte informó de cinco bajas. Diecinueve surcoreanos —16 soldados, tres civiles– resultaron heridos. Pyongyang aseguró que había reaccionado a un ataque directo del Sur. Seúl reconoció que en ese momento se estaba desarrollando un ensayo balístico, pero garantizó que sus misiles jamás apuntaron a Corea del Norte.
De igual modo, Kim Jong Un deberá responder a la incógnita que abre la muerte de su padre respecto al desarrollo de las negociaciones internacionales para anular el programa de armamento nuclear de Corea del Norte, que detonó su primera bomba atómica en 2006. El pasado mes de agosto, Kim Jong Il señaló en una visita a Rusia que su país está dispuesto a discutir la suspensión de los ensayos y producción de armamento nuclear si se retoman las conversaciones a seis sobre su programa atómico, ha señalado este miércoles una portavoz del presidente ruso, Dimitri Medvedev. Las conversaciones están paralizadas desde hace tres años.
Mitos
La biografía oficial de Kim Jong Il obedece al férreo culto a la personalidad, de claro carácter mítico, que ha guiado los destinos del país en las últimas décadas. Por ejemplo, los libros del régimen detallan que Kim Jong Il nació en el monte Paektu en Corea del Norte, el 16 de febrero de 1942, un evento presagiado por una golondrina y señalado con la aparición de una nueva estrella en el cielo y un doble arco iris sobre la montaña.
Tan erudito filósofo como apasionado cinéfilo, fuentes oficiales le atribuyen la composición de seis óperas en dos años. Sus escritos son divulgados todos los días en las emisoras oficiales norcoreanas. Tirador de élite, playboy consumado y exitoso cineasta –poseedor de una videoteca con más de 20.000 películas–, es además un autoproclamado experto en Internet y, si hacemos caso a los medios oficiales, el mejor jugador de golf de todos los tiempos, capaz de embocar 11 hoyos seguidos de un sólo golpe, hazaña que consiguió en su primer partido.
Los servicios de Inteligencia internacionales coinciden en que Kim Jong Il nació un 16 de febrero de 1942, pero no en una montaña precisamente, sino en un campo militar de la antigua Unión Soviética, donde su padre ostentaba un cargo muy relevante entre los exiliados comunistas que habían llegado allí para entrenarse. La Inteligencia estadounidense cree que Kim tenía un hermano menor, que falleció ahogado en circunstancias misteriosas, en 1947.
Kim se educó en China y asistió a la universidad Kim Il Sung de Pyongyang. Pronto se unió al Partido de los Trabajadores de Corea y ascendió gradualmente en el escalafón hasta que, en 1969, fue nombrado miembro del Politburó y director adjunto del Departamento de Propaganda y Agitación.
Cinco años después, Kim Il Sung nombró sucesor a su hijo. Su carta de presentación al mundo fue el bombardeo, en 1983, que ordenó sobre la entonces capital de Birmania, Rangún, que causó la muerte a 17 funcionarios surcoreanos. Cuatro años después, ordenaba el derribo de un avión de pasajeros norcoreanos, que causaba la muerte de 115 personas, según fuentes de Inteligencia.
Kim también ha sido acusado de gestar planes para recaudar dinero a través del rescate de ciudadanos japoneses secuestrados en Corea del Norte, tráfico de drogas a través de las Embajadas norcoreanas y tráfico de moneda falsa. Tras el fallecimiento de su padre, Kim Jong Il fue proclamado automáticamente Presidente Eterno del País, cargo que acompaña a una larga ristra de títulos: Presidente de la Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte, Comandante Supremo del Ejército Norcoreano, Secretario General del Partido de los Trabajadores de Corea.
«Sé que soy objeto de crítica en todo el mundo, pero si se habla de mí, es que a lo mejor estoy haciendo lo correcto», declaró una vez en comentarios recogidos por la cadena británica BBC.