El Gobierno de Cuba ha afirmado a través de un comunicado que Wilman Villar no era un disidente, sino un preso común que fue detenido por agredir y provocar lesiones en la cara a su esposa, circunstancia que denunció su suegra, y ha negado que estuviera en huelga de hambre.
«El hecho por el que (Wilman Villar) fue sancionado se produjo durante un escándalo público en el que agredió y provocó lesiones en el rostro a su esposa, ante lo que su suegra solicitó la intervención de las autoridades y, al acudir agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), se resistió y los agredió», señala el comunicado. Por ello, fue condenado a pena de cárcel el 25 de noviembre por los delitos de desacato, atentado y resistencia.
Asimismo, el Ejecutivo cubano ha destacado que Villar no tenía ninguna vinculación con la disidencia antes de ser encarcelado y que fue después cuando «comenzó a vincularse con elementos contrarrevolucionarios en Santiago de Cuba, quienes le hicieron creer que su presunta pertenencia a los grupúsculos mercenarios le permitiría evadir la acción de la Justicia».
Tras establecerse estos vínculos, y a través de «una intensa campaña internacional difamatoria», presuntamente encabezada por agencias de prensa extranjeras, particularmente de Miami, «se ha presentado a Villar como un supuesto disidente que falleció tras realizar una huelga de hambre en prisión».
«Al respecto se disponen de abundantes pruebas y testimonios que demuestran que no era un disidente ni estaba en huelga de hambre», ha agregado el Gobierno de Cuba en el comunicado, hecho público a través de ‘Cubadebate’.
Respecto al tratamiento médico que se le facilitó durante su enfermedad, La Habana ha argumentado que Villar fue ingresado de urgencia el 13 de enero en el hospital provincia Saturnino Lora al presentar síntomas de neumonía severa en el pulmón izquierdo.
El paciente «recibió todas las atenciones para este tipo de afecciones, aplicándosele ventilación y nutrición artificial, fluidoterapia, hemoderivados, apoyo con drogas vasoactivas y antibióticos de amplio espectro de última generación», según el texto, que achaca el fallecimiento a un fallo multiorgánico secundario a un proceso respiratorio séptico severo, que llevó al paciente a un shock por sepsis.
«El hospital clínico quirúrgico Juan Bruno Zayas, donde falleció, es uno de los centros hospitalarios de mayor nivel en la región oriental y su sala de terapia intensiva cuenta con una gran experiencia en la atención al paciente grave», destaca el Ejecutivo.
En este sentido, ha recordado que sus familiares más allegados «estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica, además de reconocer el esfuerzo del equipo de especialistas que lo atendió».
«Cuba lamenta la muerte de cualquier ser humano, condena enérgicamente las burdas manipulaciones de nuestros enemigos, y sabrá desmontar esta nueva agresión con la verdad y la firmeza que caracteriza a nuestro pueblo», apostilla el Gobierno en su comunicado.