Unas 36.000 personas, según fuentes policiales, han salido este sábado a las calles de Moscú a pesar de la intensa ola de frío que sacude la capital rusa para protestar contra el primer ministro Vladimir Putin, al tiempo que una segunda manifestación a favor del Kremlin ha congregado a más de 135.000 asistentes, también según la Policía, citada por medios rusos.
La protesta contra Putin exige la imparcialidad de las elecciones presidenciales del próximo 4 de marzo a las que Putin acudirá en calidad de candidato para recuperar la Presidencia de manos de su compañero de filas Dimitri Medvedev, que le sucedió a su vez en el cargo. La manifestación se convocó bajo el lema «Ni un voto para Putin».
«Estamos preparados para una lucha larga y dura», declaró el organizador de la manifestación y líder de oposición Boris Nemtsov a la agencia RIA Novosti la noche antes de la manifestación. «Una marcha pacífica no va a cambiar el país», declaró.
La manifestación incluyen una marcha por el centro de Moscú y una concentración en río Moscova delante del Kremlin que comenzó a la estación de Oktyabrskaya, cuando el termómetro marcaba -22º.
La ecléctica protesta ha congregado a seguidores del partido liberal Yaboko, el también liberal pero no registrado Partido de la Libertad del Pueblo, banderas comunistas, anarquistas y nacionalistas, junto con globos blancos y crespones símbolo de la Liga de los Votantes.
La protesta está dominada por gritos como «¡Rusia será libre!», «¡Nos importa!», y «Putin, vete ya».
El fundador de la Liga de los Votantes, Boris Akunin, declaró que la gente no solo está pidiendo elecciones libres, sino la democratización de la vida política y la división de poderes. «Es importante que haya venido la gente. Los líderes de la oposición estaban preocupados por la baja asistencia, lo que podría poner fin a la presión para las reformas», añadió.
Entre la manifestación se encuentran el candidato presidencial Mijail Projorov y el ex ministro de Finanzas –y durante largo tiempo amigo de Putin–, Alexei Kudrin. Ninguno de ellos planea hablar en la manifestación.
También se ha celebrado otra masiva protesta favorable al Kremlin, cifrada en varios miles de personas cuyos asistentes denuncian los intentos de la oposición para instigar una «Revolución de color» en Rusia, similares a las que tuvieron lugar en Ucrania y Georgia (la llamada «Revolución Naranja», en este último caso) a principios de la década pasada.
Los organizadores de la manifestación pro Kremlin criticaron duramente a Occidente por su presunta injerencia en los asuntos internos del país. «Decimos ‘No’ a la destrucción de Rusia, ‘No’ a la arrogacia naranjista. Saquemos fuera la basura naranja. Decimos ‘No’ al Gobierno estadounidense», declaró el analista Sergei Kurginyan en la manifestación organizada en el memorial moscovita de Poklonnaya.
Estrella Digital/EP