La representante de las Damas de Blanco, Berta Soler, ha expresado su deseo de entregar al Papa Benedicto XVI una lista de presos políticos «por si existiera la posibilidad de algún indulto» como ya ocurrió cuando visitó la isla el beato Juan Pablo II, en caso de que el Pontífice se reúna con ellas, un encuentro que, en principio, no está programado en el viaje del Papa.
En una entrevista, Soler y su marido, Ángel Moya Costa, preso político ahora en régimen de libertad condicionada, han afirmado que si el Papa les recibe «aunque sea un minuto», quieren que escuche de su propia voz la situación del pueblo cubano.
«Además de agradecérselo (el viaje), le diríamos que aquí en Cuba no hay respeto a los derechos humanos, que hay mujeres que sufren, que las llevan a la cárcel donde son maltratadas y vejadas solo por participar en las misas dominicales», han asegurado.
Soler ha indicado que esperan que el Papa reciba a las Damas de Blanco tras haberse reunido en México con víctimas del narcotráfico. En cualquier caso, ha señalado que, si no se encuentra con ellas, aunque se quedarán «un poco decepcionadas», no van a dejar de tener fe en Dios ni en Cristo, «porque en la Tierra a quien representa es a Cristo». «Como somos mujeres llenas de esperanza, confiamos en que pueda recibirnos», ha precisado.
Sobre lo que esperan del viaje, el disidente político y esposo de Berta, Ángel Moya Costa, ha señalado que «actualmente sigue habiendo represión policial contra los activistas» y ha remarcado que creen que el gobierno «va a manipular la presencia de Benedicto XVI» en el país. «En eso poco se ha cambiado», ha insistido, al tiempo que ha lamentado que «también se ha deteriorado los niveles de vida de la población».
No obstante, ha apostado por que el Papa se pronunciará «contra el embargo» y que hablará «de derechos humanos». En todo caso, ha aclarado que es «importante» que la comunidad internacional sepa que «el Papa no es libertador de Cuba, y que la libertad de Cuba depende únicamente de los cubanos de aquí y del exilio». «Ya lo dijo Juan Pablo II en su visita en 1998 que nosotros los cubanos teníamos que ser protagonistas de nuestra propia historia, por nuestra propia dignidad», ha recordado.
Moya Costa lleva más de quince años sometido a detenciones, estancias largas en la cárcel y juicios «por promover los derechos humanos». «A la hora de acusarnos lo hacen, como es mi caso, por atentar contra la soberanía del país, y más en concreto, por promover la desobediencia civil. Todas las acusaciones se basan en un código penal que solo defiende los intereses del gobierno socialista», ha explicado.
Ropa blanca: paz y gladiolo
Por su parte, Berta Soler fue elegida por unanimidad como representante de las Damas de Blanco tras el fallecimiento de la anterior representante, Laura Pollán, en octubre de 2011 junto a la que Soler luchaba. «Entre nosotras no había ningún secreto y todo lo compartíamos, pero ella era la líder», ha puntualizado.
Soler comenzó su lucha por la libertad de su marido en la famosa primavera negra de marzo de 2003, cuando el gobierno encarceló a 75 hombres, según ha indicado Soler, «solo por expresarse y por pensar de forma distinta».
«Nosotras no nos conocíamos, pero coincidimos muchos días en el cuartel general de Villa Marista, y allí nos unimos en un mismo dolor. Un día decidimos allí mismo ir a la iglesia de Santa Rita, la abogada de los imposibles, para pedir y abogar por la libertad de nuestros seres queridos». Esta Iglesia también era frecuentada por un grupo de madres, llamada comité de madres de Leonor Pérez, que eran familiares de presos políticos.
Sobre el significado de sus vestidos blancos, la representante de las Damas ha explicado que ellas usan «dos armas para esta lucha pacífica: La ropa blanca, porque es la paz y el gladiolo, que representa la familia y es una flor en la que tras una espina sale siempre una flor nueva y nunca muere».
Vigilancia de la policía política
La dirigente de este comité de esposas de presos políticos, que la misma mañana de la entrevista fue detenida por la policía y devuelta a La Habana en un viaje a Pinar del Río donde iba a tener una reunión con otras Damas de Blanco, ha subrayado que la policía política les sigue a muchas de ellas «constantemente».
«Desde que salimos por la mañana nos vigilan por todos los lados. Además, tenemos los teléfonos intervenidos, cámaras vigilándonos, micrófonos en las casas. Hay todo un equipo y un gasto de recursos para controlar nuestros movimientos. Pero hay que aprender a vivir con ello», ha concretado.
Soler ha agradecido el papel de los medios de comunicación como altavoz de su protesta. «Por eso el mundo sabe un poco más y por qué sufrimos», ha indicado, al tiempo que ha destacado que «un papel muy importante ha sido el que han jugado los exiliados cubanos».
Finalmente, sobre la posibilidad de que hubiera infiltradas del gobierno dentro de las Damas, Soler ha asegurado que eso no les preocupa. «Tenemos un reglamento en las damas de blanco y quien no lo cumple tiene que salir. Debemos convivir con estas personas, vivimos confiadas, y también desconfiadas. Como se dice aquí, damos pasos cortos y vista larga», ha concluido.