Fuentes del Gobierno de Estados Unidos han confirmado este martes el fallecimiento de Abu Yahya al Libi, actual ‘número dos’ de Al Qaeda, tras un bombardeo lanzado el lunes en la región paquistaní de Waziristán del Norte por un vehículo aéreo no tripulado norteamericano (UAV, por sus siglas en inglés).
La aeronave lanzó al menos seis misiles sobre un complejo miliciano junto a la localidad de Mir Ali, cerca de la frontera con Afganistán, según las fuentes consultadas por la cadena CNN. El ataque se saldó con quince muertos y tres heridos.
Tras los rumores extendidos durante todo el día, finalmente fuentes oficiales han confirmado a distintos medios de comunicación estadounidense como CNN, CBS o NBC que entre los fallecidos figura Al Libi, estrecho colaborador del fallecido fundador de la organización, Osama bin Laden, y ‘número dos’ del actual líder de la red terrorista islamista, Ayman al Zawahiri.
Al Libi es el máximo dirigente de Al Qaeda muerto a manos de las fuerzas norteamericanas desde la operación de un comando especial estadounidense que puso fin a la vida de Bin Laden, el 2 de mayo de 2011. Estados Unidos había ofrecido una recompensa de un millón de dólares por cualquier información que contribuyera a la localización de Al Libi.
«La muerte del jeque»
Al Libi, cuyo auténtico nombre es Mohamed Hassan Qaid, es un clérigo y teólogo de nacionalidad libia (‘Al Libi’ significa ‘el Libio’ en árabe), licenciado en química y experto en medios de comunicación, que saltó a la fama entre los círculos de Al Qaeda en 2005 después de escapar de una prisión estadounidense en Afganistán y que ha sobrevivido a otros ataques anteriores de los aviones no tripulados norteamericanos.
Un responsable de la Inteligencia paquistaní ha asegurado que se ha interceptado una conversación telefónica en la que posiblemente se hacía alusión a la muerte de Al Libi. «Hemos interceptado algunas conversaciones entre insurgentes en las que se hablaba sobre la muerte de un ‘jeque'», declaró un miembro de la Inteligencia, haciendo referencia al título que se otorga a los altos dirigentes religiosos.
«No mencionaron el nombre de esta persona, pero lo hemos cotejado con nuestras fuentes en la zona y éstas creen que se referían a Al Libi», añadió. Las mismas fuentes de Inteligencia precisaron que, según sus informantes, Al Libi resultó gravemente herido y murió después de ser trasladado a un hospital privado.
Un comandante de la insurgencia en Waziristán Norte estrechamente vinculado a las milicias extranjeras que combate en Pakistán ha negado estas informaciones. «No ha muerto. No es la primera vez que informan sobre su muerte. Los norteamericanos están sufriendo fuertes pérdidas en Afganistán y, por ello, recurren a la difusión de informaciones falsas», ha declarado.
El proceso de verificación de la muerte de un líder insurgente islamista puede durar meses a causa de la inaccesibilidad de esta zona del noroeste de Pakistán, controlada por las milicias talibán. Los enterramientos se suelen llevar a cabo de forma que no se revelen ni el número de víctimas ni sus identidades.
Las autoridades de Estados Unidos le consideran el ‘número dos’ de Al Zawahiri, el médico egipcio que se hizo con el control de Al Qaeda tras la muerte de Bin Laden. Asimismo, le tienen catalogado como uno de los elementos más peligrosos de Al Qaeda.
Al Libi, nacido en 1963 y cuya formación teológica es mayor que la de Al Zawahiri e incluso que la de Bin Laden, tiene una reputación multifacética como hombre de acción, propagandista y teólogo ‘yihadista’. Hasta la fecha, había emitido al menos 68 mensajes públicos en nombre de Al Qaeda y había aparecido en numerosos vídeos de la red terrorista, lo que le había convertido en uno de los rostros más conocidos de la organización, únicamente ensombrecido por Al Zawahiri.
Estrella Digital/EP