La fiesta del orgullo gay es en Tel Aviv ya una institución, todo el centro de la ciudad se prepara para el formalismo con días de antelación, así como antes del día de la independencia los ciudadanos van colgando de sus balcones la bandera israelí y también lucen banderines con la estrella de David en sus coches, en la semana del orgullo se despliegan las banderas multicolores casi con igual profusión, en casas, bicis, locales comerciales… Y es que si bien Israel es un país con los roles sexuales muy bien definidos, donde las mujeres son muy mujeres y los hombres muy hombres –seguramente tiene mucho peso en esto las guerras y el servicio militar-, en Tel Aviv los homosexuales son muy homosexuales. No sólo durante su semana del orgullo, sino todo el año. Es muy común ver parejas de hombres o de mujeres exhibiendo públicamente su afecto, también lo es oír a un barbudo vestido de cuero referirse a su pareja, otro barbudo, en femenino, y quien vive en el centro como quien esto escribe, se tropieza con Dana International y otros transexuales de modo cotidiano.
Los más horrorizados frente al fenómeno gay son los israelíes de otras ciudades, que llegan a Tel Aviv a ver rarezas. Especialmente en el día del orgullo gay. La ciudad se corta para dar paso a los desfiles y quien se pasea por el estruendo tecno, la purpurina y las boas, también se encuentra a hombres con kipá (solideo) tejida y de colores claros agarrados de la mano. Es decir, homosexuales nada estereotipados. “Y es que la homosexualidad, como la gripe, no discrimina,” dice con una media sonrisa Berta Schwartz, una sexagenaria madre de una lesbiana. Quien es lesbiana y también religiosa. “Sí, ha vuelto a la respuesta” (así se refieren en Israel a los judíos que se vuelven religiosos, los demás “viven en la pregunta”.) “Y para ella, como para otros muchos religiosos, no hay contradicción en ser devoto y gay”.
Sin embargo, mientras los representantes de la religión del estado, los del rabinato, no se emperifollan con la bandera multicolor ni nada parecido (sólo el judaísmo reformista acepta la homosexualidad), el ejército sí da muestras de convivir amigablemente con este fenómeno. Hay altos mandos militares, tanto hombres como mujeres, que mencionan su homosexualidad y en estos días la página de Facebook de las Fuerzas de Defensa Israelíes exhibía una foto de dos soldados de espaldas agarrados de la mano con el siguiente orgulloso texto: “Es el mes del orgullo. ¿Sabías que las Fuerzas de Defensa Israelíes tratan a todos los soldados con igualdad? A ver cuántos “shares” de esta foto consigues”.
Pero a los pocos días, 8,000 “shares” y 10,000 “likes” después, el Times of Israel escribió un informe concluyendo que la foto era un montaje.
Tal vez el diario también investigue y concluya que la aparente homofobia del rabinato es fingida.
Maya Siminovich/Corresponsal en Israel