Rusia guarda luto oficial este lunes por las víctimas mortales de las inundaciones de este pasado fin de semana en el suroeste del país, que han causado al menos 171 muertos, según el último balance oficial, y que han planteado serias dudas sobre la actuación de las autoridades, incluido el presidente del país, Vladimir Putin.
La mayoría de las víctimas se registraron en la ciudad de Krimsk, cerca del Mar Negro. Muchas de ellas se vieron sorprendidas por la riada, sin que las autoridades hubieran emitido alerta alguna desde el viernes por la noche, cuando comenzaron las inundaciones y los corrimientos de tierra.
Las inundaciones se produjeron después de un mes de fuertes lluvias en Krasnodar, una región relativamente próspera gracias a la agricultura y el turismo y uno de los «graneros» del país. Las autoridades elevaron ayer domingo el balance de muertos a 171 y han advertido de que para este lunes se esperan más lluvias en Krasnodar.
Las precipitaciones -que en algunos lugares alcanzaron una tercera parte de la media anual- paralizaron en un primer momento los transportes y las exportaciones desde Novorossiisk, el principal puerto comercial de Rusia. El puerto ya ha recuperado su ritmo normal de operaciones y el tráfico ferroviario también ha vuelto a la normalidad, pero la escala de la destrucción en Krimsk es importante.
Putin
Vladimir Putin, que en el pasado fue duramente criticado por la lentitud con que había reaccionado a los desastres, se personó de inmediato en Krimsk el mismo sábado y lamentó ante las autoridades la inexistencia de un sistema de alerta que hubiera impedido el desastre. Asimismo, reclamó que se le informase a fondo sobre la supuesta rotura de una presa de agua que, según los vecinos de Krimsk, habría precipitado la catástrofe en las primeras horas del sábado.
Las autoridades rechazaron ante el presidente esta hipótesis. Los investigadores han recibido únicamente el encargo de analizar el fallo del sistema de alerta rápida y han advertido de que la supuesta filtración de agua de la presa de Neberdzhayevskoye no ha podido ser la causa de la inundación.
Entretanto, la población ha criticado duramente la cobertura hecha por los medios de comunicación estatales, que se han centrado en la visita de Putin a Krimsk antes que en las consecuencias humanas de la tragedia. «Las noticias del Canal Uno eran: ha habido inundaciones, Putin ha llegado a Krimsk, Putin vuela en helicóptero, Putin ha llegado a donde sea, Putin ha tenido una reunión, Putin…», denunció por twitter una ciudadana rusa, identificada como Dalia Roshina.
Estrella Digital/EP