El ataque que acabó este miércoles con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, y otros tres trabajadores más, sigue provocando reacciones en el seno del Gobierno de Barack Obama. Según han informado funcionarios estadounidenses, Washington ha evacuado a todo el personal de su consulado en Bengasi a Trípoli. Según estas fuentes, el Ejecutivo ha decidido reducir el personal diplomático en Libia a niveles de emergencia y reforzar la seguridad con un equipo de marines.
Poco después, la cadena CNN anunciaba que la Administración Obama ha enviado también dos buques de guerra a las costas de Libia. Ambas naves se suman a un contingente extra de 50 infantes de marina para proteger a sus diplomáticos en la capital Libia. Los ‘marines’ han sido tradicionalmente los encargados de mantener la seguridad en los edificios diplomáticos estadounidenses.
Los dos barcos, el USS Laboon y el USS McFaul, partieron esta noche hacia Libia para reforzar la seguridad de las instalaciones diplomáticas de EEUU en ese país. Ambos destructores de la Armada están equipados con misiles de crucero. Estados Unidos mantiene normalmente hasta cuatro buques de guerra equipados con misiles en el Mediterráneo oriental y tanto el USS Laboon como el USS McFaul forman parte de ese despliegue.
Más seguridad
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha explicado en una comparecencia conjunta en la Casa Blanca con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que ha ordenado incrementar las medidas de seguridad en la zona.
En este marco se encuadra la decisión de Washington de usar aviones no tripulados en Libia para buscar campamentos de extremistas y otros objetivos que pudieran estar vinculados con el ataque a la embajada. Funcionarios estadounidenses indicaron que los drones se enviarán lo antes posible para recabar información en las cercanías de Bengasi y en otras zonas del este del país.
Detrás de los ataques del martes al consulado en Bengasi y a la embajada de EEUU en el Cairo, en coincidencia con el undécimo aniversario de los atentados terroristas del 11-S, está en un principio unvídeo que se mofa del islam y caricaturiza al profeta Mahoma.
Sin embargo, fuentes oficiales del Gobierno indicaron a varios medios estadounidenses que el ataque contra el consulado en Bengasi fue planeado con antelación y sus autores utilizaron las protestas contra el vídeo antimusulmán como «distracción».