El ministro de Turismo de Egipcio, Hisham Zaazou, ha remarcado que se encuentran en conversaciones con los grupos salafistas para que comprendan la importancia del sector turístico para el país, tras su negativa a permitir el uso de bikini en las playas del país o la venta de alcohol, según informa ‘The Telegraph’. Durante una visita a los Emiratos Árabes Unidos, Zaazou ha insistido en que los objetivos del Gobierno para el turismo son «optimistas», restando importancia a los comentarios vertidos por los salafistas.
«Los bikinis son bienvenidos en Egipto y se sirve alcohol», ha destacado Zaazou, para quien el turismo es uno de los pilares de la economía egipcia, un sector que se ha visto especialmente dañado por la Primavera Árabe en 2011.
En 2010, llegaron a Egipto 14,7 millones de visitantes, generando ingresos por 12.500 millones de dólares (9.536 millones de euros), una cifra que cayó hasta 9,8 millones de turistas y 8.800 millones de dólares (6.713 millones de euros) de facturación al año siguiente.
Según Zaazou, en 2012 el turismo se recuperó, con 11,5 millones de turistas y los ingresos se situaron en cerca de 10.000 millones de dólares (7.628 millones de euros). Además, en el primer trimestre de 2013, cerca de tres millones de turistas visitaron el país, un 14,6% más.
El objetivo a largo plazo de Egito es alcanzar los 30 millones de turistas e ingresos por valor de 25.000 millones de dólares (19.072 millones de euros) en 2022, mientras que este año aspira a aumentar el número de turistas en un 20%.
Para fomentar este incremento, el Gobierno ha instalado cámaras en los principales centros turísticos del país que pueden seguirse en directo desde su sitio web.
«Queremos mostrar a la gente que Egipto es seguro, y la mejor forma de hacerlo es con la transmisión en vivo. El siguiente paso será mostrar estas imágenes en pantallas gigantes en las plazas públicas de París o Nueva York», ha concluido.