Un tribunal ha absuelto este sábado de todos los cargos que se le imputaban al vigilante urbano voluntario que en febrero del año pasado acabó con la vida de un niño de raza negra, Trayvon Martin, de un disparo en la ciudad de Sanford, en Florida. George Zimmerman, de 29 años y raza blanca, ha sido declarado «no culpable» de todos los cargos por la muerte de Martin, de 17 años, que iba desarmado y que, según el vigilante, disparó al niño en defensa propia.
Zimmerman podría haber sido condenado a cadena perpetua por homicidio de segundo grado y hasta 30 años de prisión por homicidio involuntario.
Este caso desató un gran debate en Estados Unidos sobre la discriminación racial y el racismo, además de cuestionar la figura del vigilante voluntario que en algunos estados del sur está normalizado.
El jurado, compuesto por seis mujeres, deliberó durante 16 horas durante los últimos dos días antes de anunciar su veredicto, que pone fin al proceso judicial contra Zimmerman, que comenzó el pasado 10 de junio en el condado de Seminole.
Reacciones
El abogado de Zimmerman, Don West, ha cargado contra los medios de comunicación por no respetar la presunción de inocencia y ha denunciado que la «persecución a George Zimmerman fue vergonzosa».
En cambio, a la salida del tribunal, decenas de personas, que se han concentrado en apoyo a la familia Martin, han clamado contra el veredicto y han tachado el fallo de «injusto» y «descorazonador», en palabras de varios asistentes.
En esta misma línea ha reaccionado la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color que, en un comunicado, subraya que la Justicia «ha fallado» a Trayvon Martin y a su familia, y que este caso ha «revigorizado» el movimiento contra el racismo en Estados Unidos.
Alrededor de 40 personas se han concentrado en el centro de Chicago tras el veredicto, según la Policía local, mientras que en San Francisco, varios centenares de personas han marchado por una de las principales arterias de la ciudad con pancartas y alzando sus puños, según medios locales.
El hecho que acabara con la vida de Martin y pasaran seis semanas hasta que fuera detenido por la Policía fue el acicate que espoleó la indignación entre la población de raza negra de Florida y que, más tarde, se extendió al resto de Estados Unidos. La Policía arguyó entonces que había actuado en defensa propia.
El caso llegó a tal sensibilidad que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no rehuyó pronunciarse al respecto y llegó a decir que «si hubiera tenido un hijo, él se hubiera parecido a Trayvon».