El Papa Francisco ha regresado este lunes a Roma después de una gira de una semana por Brasil para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, que culminó con una gran misa en la famosa playa de Copacabana en Río de Janeiro ante más de tres millones de personas.
Durante el viaje en avión, en el que le acompañaban varios periodistas, el Pontífice ha defendido a los homosexuales, afirmando que «no deben ser juzgados ni marginados». «Si una persona es gay y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?», ha expresado.
El Papa apuesta por la integración en la sociedad de este colectivo y se ha referido al catecismo universal de la Iglesia Católica, que afirma que «mientras la orientación sexual no es un pecado, sí lo pueden ser sus actos».
La prohibición del sacerdocio femenino es «definitiva»
El Papa Francisco ha afirmado que la prohibición de la Iglesia Católica Romana sobre el sacerdocio de las mujeres es «definitiva», aunque a él le gustaría «que tuvieran más roles de liderazgo en su administración y sus actividades pastorales».
El Pontífice ha explicado a los periodistas que «la Iglesia ya se ha pronunciado sobre esta cuestión y dice que no». «La puerta está cerrada», ha sentenciado. Es la primera vez que el Papa habla en público sobre esta cuestión.