El primer ministro de Libia, Alí Zeidan, ha pedido este sábado a las milicias rivales que se mantengan alejadas de Trípoli para mantener la calma en la capital tras los enfrentamientos de ayer, que dejaron al menos 43 muertos y más de 400 heridos, y que se han repetido este sábado en la cercana localidad de Tojoura. «Pido que ninguna fuerza entre en Trípoli, porque tendría consecuencias más que negativas, catastróficas», solició el primer ministro, cuyo débil Gobierno intenta arrebatar a las milicias el control armado del país que obtuvieron tras colaborar en la operación de la OTAN para derrocar al fallecido líder libio Muamar Gadafi.
Al menos 43 personas han muerto y unas 460 han resultado heridas a lo largo de las últimas horas en Trípoli por enfrentamientos iniciados ayer viernes cuando un grupo de milicianos abrió fuego contra los asistentes a una protesta contra la presencia de estos grupos armados en la ciudad, según un nuevo balance del Ministerio de Salud recogido por la agencia de noticias estatal LANA.
El Gobierno ha intentado infructuosamente meterse a las milicias en el bolsillo pero los guerrilleros obedecen las órdenes de sus superiores directos, quienes les envían a hacerse con el control de diversos puntos del país. Todavía se desconoce si los enfrentamientos en Tajoura, una localidad situada al este de Trípoli, han dejado fallecidos.