Los chilenos decidirán este domingo prolongar el breve Gobierno de la derecha con la Alianza, abanderada por la ex ministra de Trabajo Evelyn Matthei, o la vuelta de la izquierda con una renovada Concertación, liderada por la ex presidenta Michelle Bachelet, que, según todas las encuestas, conseguirá su pase a La Moneda en primera vuelta.
La última medición publicada por el Centro de Estudios Públicos (CEP) ha augurado que Bachelet se adjudicará el 47 por ciento de las papeletas en primera vuelta, muy por delante de Matthei, que sumaría un 14 por ciento, dando por seguro que la ex jefa de Estado conseguirá superar el umbral del 50 por ciento con los votos blancos y nulos.
La victoria de Bachelet parece tan clara que incluso el presidente, Sebastián Piñera, ha depositado sus esperanzas en que Matthei consiga forzar el balotaje. «Creo que vamos a tener segunda vuelta y, si lo conseguimos, será una elección distinta, porque se podrán confrontar, de forma clara y transparente, dos visiones de país», ha dicho.
Hay algunos factores que podrían favorecer el balotaje, que se celebraría el 15 de diciembre. Uno de ellos es el voto voluntario, que se introduce por primera vez en la historia de Chile. Aún no se sabe cómo afectará a la participación, que en los últimos años ha ido a la baja. Esta vez se espera que, de los 13,57 millones de electores, sufraguen unos nueve.
También afectará el elevado número de candidatos presidenciales, que ha batido récord. Un total de nueve políticos pugnarán por llegar a La Moneda.
Ante el temor de que todo ello contribuya a diluir el voto, tanto Bachelet como Matthei han llamado a sus simpatizantes a acudir masivamente a las urnas para proclamar la victoria en primera vuelta, en el caso de la ex jefa de Estado, y para garantizar su pase a la segunda, en el caso de la ex ministra.
Además, los comicios se verán afectados por la huelga de trabajadores del sector público, sobre todo municipales, que comenzó el 7 de noviembre. El Servicio Electoral (Servel) ha confiado en que la jornada transcurra con normalidad, pero ha adelantado que los primeros resultado oficiales «saldrán un poco más tarde».
UN GOBIERNO DE REFORMAS
El triunfo de Bachelet devolvería el poder a la izquierda, que ha gobernado Chile desde el fin de la dictadura militar de Augusto Pinochet con el único paréntesis de estos últimos cuatro años.
Bachelet, de 62 años, se presenta con la promesa de «cambiar el rostro de Chile» para que el crecimiento económico, ejemplo de toda América Latina, sirva para acabar de una vez por todas con las desigualdades sociales, en un país donde la brecha entre ricos y pobres, lejos de reducirse, se ha acentuado por el inmovilismo político.
Así, ha apostado por una reforma constitucional a fondo con el fin de desprenderse de la Carta Magna heredada del régimen castrense, que, aunque ha sido remendada en democracia, todavía adolece de graves defectos. Su pretensión es incluir un amplio catálogo de derechos fundamentales y crear un sistema electoral realmente representativo.