El joven inglés Luke Harding fue estos días el gran protagonista en las redes sociales. ¿El motivo? Una borrachera que empezó en Manchester, y que acabó miles de kilómetros de su ciudad natal, en París.
Luke comenzó la noche con unas copas después del trabajo. Pero al terminar, en vez de irse a casa como el resto de sus amigos, cogió un taxi dirección al aeropuerto y, no se sabe muy bien por qué, compró un billete de avión dirección a la capital gala. Allí se despertó al día siguiente, en los baños públicos del aeropuerto Charles de Gaulle.
Como informa Daily Star, el joven no dudó en tuitear fotos de su improvisado viaje y rápidamente sus familiares y amigos se hicieron eco. Luke reconoce que estaba totalmente borracho cuando se subió al avión y que solo gracias a sus mensajes en las redes sociales pudo conocer qué hizo.
La broma le ha salido por 300 libras, unos 360 euros, una bronca de su madre y más de 5.000 nuevos seguidores en Twitter.