Los representantes de Exteriores de Estados Unidos, Rusia, Ucrania y la Unión Europea han acordado este jueves en Ginebra un plan para desactivar la tensión en Ucrania que ha comenzado con un llamamiento inmediato al desarme de todos los grupos armados ilegales, la desocupación de edificios públicos ucranianos en manos de simpatizantes prorrusos, amnestía para los manifestantes excepto los acusados de delitos «capitales» y el inicio de un diálogo «nacional y abierto» entre las partes enfrentadas.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) será la responsable de supervisar la implantación de esta hoja de ruta –que de momento no ha ido acompañada de fechas específicas, si bien las partes han mostrado su deseo de que sea «inmediata» –. El ministro de Exteriores, Sergéi Lavrov comprometió todo el apoyo que Rusia sea capaz de proporcionar para el éxito de la misión.
Estas medidas irán refrendadas con el inicio de un proceso de enmienda constitucional por parte del actual Gobierno en funciones de Ucrania para «dar voz y voto a todas las partes» que deseen participar en un diálogo «abierto, nacional e incluyente», según hizo saber el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
«Todo ello representa, creemos, un éxito, por hoy. Pero las palabras en papel solo tendrán sentido si llevan a acciones que las refrendes. Estas palabras tienen que traducirse en actos. El trabajo todavía no ha terminado, y no terminará hasta que estos principios sean aplicados», declaró Kerry, acompañado de la máxima responsable de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton.