Los afectados por el incendio de Valparaíso, en Chile, que ha causado 15 fallecidos y unos 12.500 damnificados, han denunciado robos de las donaciones en los centros donde se distribuyen las provisiones humanitarias.
Los vecinos de Valparaíso han denunciado la sustracción por parte de desconocidos del material para los damnificados y han explicado que los hurtos se han producido en la noche de este viernes aprovechando la oscuridad de los lugares que aún no cuentan con electricidad.
Asimismo, algunos afectados dicen haber sufrido además robos de los pocos enseres que lograron rescatar de las llamas, según ha informado el diario chileno El Mercurio.
Por otro lado, las autoridades han denunciado que las provisiones humanitarias se encuentran a su «máxima capacidad» y, por lo tanto, se evitará el ingreso de aquellos vehículos y camiones que carguen ayuda humanitaria «que no sea material ni herramientas de construcción», de acuerdo con la información de la cadena CNN Chile.
«Esta razón tan extrema es porque no han sido escuchados los requerimientos del Gobierno regional y las municipalidades, porque los centros de acopio ya tienen suficiente para abastecer a las personas y familias damnificadas», ha explicado el contraalmirante Julio Leiva, que insiste en que ahora la Policía controla los accesos por carretera a la zona.
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio de Interior (ONEMI) de Chile ha decidido mantener la alerta roja en la comuna de Valparaíso, debido a la persistencia de uno de los focos del incendio que se declaró la semana pasada.
Estado de catástrofe
En este contexto, La Moneda –sede del Gobierno y de la Presidencia– ha declarado «el estado de excepción y de catástrofe» en Valparaíso para favorecer «la evacuación de la población afectada y el control del orden público».
Esta declaratoria ha permitido movilizar a los cuerpos de emergencia y seguridad. En la zona hay ya unos 3.500 efectivos, incluidos 100 militares, junto a decenas de helicópteros, aviones y patrullas.
Además, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha creado un bono para los damnificados por el que cada familia que acredite esta condición recibirá un millón de pesos (unos 1.800 dólares) para comprar insumos básicos en las tiendas locales.