Un gran número de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE ha apoyado en la cumbre celebrada este martes al candidato del Partido Popular Europeo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, como nuevo presidente de la Comisión porque su grupo ha ganado las elecciones a la Eurocámara. Pero el primer ministro británico, David Cameron, le ha tachado de hombre «del pasado» y ha iniciado la búsqueda de apoyos para intentar vetar su nombramiento.
De entre los líderes que se han manifestado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la canciller alemana, Angela Merkel, y los primeros ministros de Irlanda, Austria, Bélgica y Finlandia han respaldado expresamente a Juncker. Por su parte, Cameron sólo ha logrado el apoyo expreso del primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, aunque otros países como Hungría, Lituania o Países Bajos han mostrado reservas hacia el aspirante luxemburgués.
La candidatura de Juncker para sustituir a José Manuel Durao Barroso ha empezado a ganar puntos durante la mañana del martes, cuando el grupo socialista en la Eurocámara, tras dos días resistiéndose a reconocer la derrota de su aspirante, Martin Schulz, ha acabado aceptando que el ex presidente del Eurogrupo sea el primero en buscar la mayoría. Una mayoría que exige en cualquier caso un acuerdo entre conservadores y socialistas para evitar el bloqueo de las fuerzas anti-UE.
«El PPE -pese a un retroceso sustancial- sigue siendo el mayor grupo en el Parlamento Europeo. Su candidato a presidente de la Comisión tiene el claro derecho de iniciar las negociaciones para buscar una mayoría en el Parlamento Europeo», ha dicho el presidente del grupo socialista, Hannes Swoboda, en un comunicado. Juncker se convierte así, a falta de pactar un programa con los socialistas, en el candidato de la Eurocámara.
Pero Cameron, cuyo partido ha sido derrotado por los euroescépticos del UKIP en las elecciones europeas, ha iniciado de inmediato una ronda de contactos para tratar de bloquear el nombramiento del luxemburgués, que necesita una mayoría cualificada en el Consejo Europeo. En concreto, Cameron ha hablado con la canciller alemana, Angela Merkel, la presidenta lituana, Dalia Gribauskaité, y los primeros ministros de Hungría, Viktor Orban; Suecia, Fredrik Reinfeldt; Eslovenia, Alenka Bratusek e Irlanda, Enda Kenny.
«La UE no puede ignorar estos resultados (de las elecciones europeas) y seguir como antes. Necesitamos un cambio. Europa debe concentrarse en lo que importa, en el crecimiento y el empleo y no intentar hacer tantas cosas. Bruselas se ha vuelto demasiado grande, demasiado autoritaria y demasiado entrometida», ha dicho el primer ministro británico a su llegada al Consejo Europeo.
«Y necesitamos gente que dirija esta organización que entienda realmente esto y que pueda construir una Europa que sea de apertura, competitividad y flexibilidad y no del pasado», ha resaltado Cameron, sin mencionar en ningún momento a Juncker.
Sólo el primer ministro sueco se ha hecho eco expresamente de las preocupaciones de Cameron. «Creo que la situación en Reino Unido es una de las cosas más importantes que hay que abordar en los próximos cinco años. Para Suecia y para la UE, es de la mayor importancia que Reino Unido se quede en la UE y que tengamos en cuenta la situación en Reino Unido cuando formulemos un nuevo mandato para la Comisión», ha dicho Reinfeldf.
Otro posible aliado, el húngaro Orbán, ha evitado repetir el rechazo expreso a Juncker que ya hizo público el domingo, aunque ha defendido que «no debe haber una conexión automática entre el resultado de las elecciones y el nombramiento». Por su parte, el primer ministro holandés también ha indicado que el procedimiento no es automático y que primero hay que definir las prioridades de la Comisión y luego el nombre de su presidente. Y la presidenta lituana ha señalado que todavía «todo es posible».
Irlanda y Alemania apoyan a Juncker
Sin embargo, uno de los aliados tradicionales de Reino Unido y cuyo nombre suena como candidato tapado, el irlandés Kenny, ha apoyado expresamente a Juncker. «El primer ministro (británico) tiene una opinión muy firme sobre los dos candidatos», ha admitido Kenny en referencia tanto a Juncker como a Schulz, a los que Cameron rechaza por excesivamente integracionistas.
Pero el primer ministro irlandés le ha explicado que «el PPE ha tomado una decisión muy clara y tiene un candidato muy fuerte y ahora es la mayor fuerza en el nuevo Parlamento y por ello espera que Jean-Claude Juncker pueda empezar las negociaciones con los diferentes líderes de los diferentes grupos del Parlamento».
«Jean-Claude Juncker es nuestro candidato a la presidencia de la Comisión», ha resaltado también Merkel, que hasta ahora no había sido tan categórica, a su llegada a la reunión del Consejo Europeo. «Sabemos que ninguno de los partidos políticos tiene mayoría en solitario, así que de lo que se trata ahora es de encontrar una amplia mayoría y ahora vamos a fijar los parámetros de ese procedimiento», ha explicado la canciller.
«El Partido Popular Europeo ha ganado y por tanto creemos que Juncker debe ser una persona que sea tenida en cuenta como primer candidato para presidir la Comisión», ha dicho también el presidente Rajoy.
«El PP europeo es el mayor partido en la Eurocámara y espero que no haya muchos juegos políticos y que Juncker se convierta fácilmente en presidente de la Comisión», ha abundado el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, cuyo nombre circulaba también entre los tapados para sustituir a Barroso.
Incluso algunos primeros ministros socialistas, como el austriaco Werner Faymann o el belga Elio di Rupo, han apoyado a Juncker. «Debemos analizar primero el resultado de las elecciones europeas y, naturalmente, respetar el resultado. Juncker es el candidato del PPE y el PPE es el primer partido en el Parlamento Europeo», ha alegado Di Rupo.
Francia pide cambios
Ni el primer ministro italiano, el socialista Matteo Renzi, cuyo partido ganó en las elecciones europeas, ni el presidente francés, François Hollande, que debe afrontar la victoria de la ultraderecha del Frente Nacional, han querido pronunciarse expresamente sobre Juncker. Para Renzi, «las discusiones sobre nombres deben ir después de que haya un acuerdo sobre las cosas que debemos hacer». «Necesitamos una Europa más atenta a la inversión en escuelas, en infraestructuras tecnológicas, a las condiciones de la vida cotidiana de las familias», ha apuntado.
Por su parte, Hollande ha reclamado «reorientar» la UE para responder a las demandas que los ciudadanos han expresado en las urnas. «Cuando Francia vota como lo hizo el domingo, con uno de cada cuatro votantes apoyando a la extrema derecha, al frente nacional, hay un problema. Pero no es un problema sólo para Francia (…), sino también un problema también para Europa».
«Europa debe escuchar lo que ha pasado en Francia, y mi papel aquí es continuar lo que vengo haciendo desde hace dos años, reorientar Europa pero con todavía más fuerza», ha insistido el presidente francés. En caso contrario, ha avisado, en las próximas elecciones seguirá aumentado el voto anti-UE. «Yo soy europeo, quiero que Europa cambie», ha apuntado.
Los líderes europeos tenían previsto dar un mandato al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para que durante las próximas semanas negocie con la Eurocámara un candidato a presidir la Comisión que pueda lograr la mayoría cualificada entre los líderes europeos y una mayoría simple -376 eurodiputados- en el Parlamento.