El régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, ha entregado o destruido ya la totalidad de su arsenal químico, según ha informado el director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), Ahmet Uzumcu. La entrega se ha realizado antes del 30 de junio, la fecha fijada en virtud del acuerdo de desarme químico pactado por Estados Unidos y Rusia y aceptado por Damasco.
Este lunes ha partido del puerto de Latakia el último cargamento de armas químicas entregadas por las autoridades sirias. «Los últimos químicos identificados para su retirada de Siria han sido cargados esta tarde en el buque danés 'Ark Futura'», ha explicado Uzumcu en rueda de prensa desde La Haya.
El cargamento será enviado ahora al buque de la Marina estadounidense 'Cape Ray' y a instalaciones de empresas privadas de Finlandia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos para su destrucción definitiva, ha explicado Uzumcu.
El secretario general de la OPCW ha destacado la «extraordinaria cooperación internacional» que ha permitido el desarme químico de Siria en un plazo de apenas nueve meses. «Nunca antes se había retirado un arsenal entero de armas de destrucción masiva de un país inmerso en un conflicto armado. Se ha conseguido con plazos muy exigentes y ajustados», ha resaltado.
Del mismo modo, Uzumcu ha destacado que «aunque ha habido retrasos en el proceso, la cooperación de la República Árabe Siria ha sido coherente». También ha mencionado la «incalculable cooperación de Naciones Unidas aportando apoyo logístico y de seguridad en Siria a nuestro equipo de verificación».
Durante la rueda de prensa Uzumcu ha matizado que hoy concluye la destrucción y traslado del arsenal declarado, pero que desconoce si el Ejército sirio conserva más armas de destrucción masiva.
Siria accedió en octubre a destruir todo su arsenal químico en aplicación del acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Rusia y tras las amenazas militares de Estados Unidos por el ataque con gas sarín perpetrado el 21 de agosto de 2013 en las cercanías de Damasco, que causó cientos de muertos.
El Gobierno estadounidense y otros países occidentales atribuyeron este ataque al Gobierno, pero tanto Rusia como Siria acusaron de él a los rebeldes. El acuerdo obligaba a Siria a inhabilitar todas sus instalaciones de producción y elaboración de armas químicas antes del 1 de noviembre de 2013. Asimismo, para el 30 de junio de 2014 debería quedar destruido o entregado todo el arsenal químico del país.