lunes, noviembre 25, 2024
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EEUU atribuye a los rebeldes prorrusos el derribo del vuelo MH17

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El presidente estadounidense, Barack Obama, ha asegurado que el avión de Malaysia Airlines que se estrelló en Ucrania el jueves fue derribado por un misil tierra-aire lanzado desde un territorio controlado por los separatistas prorrusos, al tiempo que ha exigido a Rusia que deje de apoyar a estos sublevados con armas y entrenamiento.

En rueda de prensa en la Casa Blanca, Obama ha informado de que hay al menos un ciudadano estadounidense entre los pasajeros fallecidos del avión y ha hecho hincapié en que lo único claro por el momento es que la aeronave, un Boeing 777 de Malaysia Airlines, fue «derribado» por un «misil» tierra-aire.

El mandatario norteamericano ha dejado claro que Estados Unidos trabaja en colaboración con la comunidad internacional para averiguar lo que le ha sucedido a la aeronave siniestrada. «No tenemos tiempo para propaganda ni para juegos», ha apostillado.

Obama ha incidido en que las autoridades de Rusia tienen que tomar una decisión «estratégica» y desvincularse de los separatistas prorrusos que operan en el este de Ucrania contra el Gobierno de Kiev. En este sentido, ha pedido al Gobierno de Moscú que deje de apoyar a los separatistas, a los que les ha facilitado hasta el momento tanto «armas» como «entrenamiento». «Rusia tiene el control sobre la situación pero no lo ejerce», ha afirmado Obama, antes de conocer que todavía se desconoce «qué paso» exactamente con el avión.

«No sabemos exatcamente qué pasó pero lo que sé es que hemos visto un aumento de la violencia en Ucrania», ha afirmado, antes de subrayar que este incremento de la violencia viene del lado separatista en un momento en que las autoridades de Kiev están apostando por el «diálogo» y las  «negociaciones» para encontrar una solución a la crisis.

El mandatario norteamericano ha alertado de que los separatistas prorrusos «están fuertemente armados» y ha acusado a Rusia de estar armándoles y entrenándoles. «No es posible que los separatistas puedan operar así solos», ha explicado.

«Lo que sabemos es que la violencia allí viene facilitada por el apoyo de Rusia», ha afirmado Obama, antes de volver a pedir a Rusia que se aleje de los separatistas y que no dejen entrar más «armamento pesado» a Ucrania desde su frontera

Antes, la embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, Samantha Power, ha denunciado ante el Consejo de Seguridad que el avión de Malaysian Airlines siniestrado este jueves fue derribado probablemente por un misil tierra-aire operado desde una posición «dominada por separatistas prorrusos», en línea con sus últimas acciones, y en un lanzamiento que podría haber contado con apoyo técnico de asesores rusos.

La embajadora ha indicado que el misil que derribó el avión se trata de un SA-11, tierra-aire, de fabricación rusa, conocido en Estados Unidos como 'Gadfly' y por los propios rusos como 'Buk'. Se trata de un proyectil muy complejo y, dados conocimientos técnicos necesarios para operar con él, «es improbable que los separatistas pudieran manejar este sistema sin la ayuda de personal con conocimientos». «Por lo tanto», ha concluido Power, «no podemos descartar que hayan recibido asistencia técnica del personal ruso a la hora de operar estos sistemas«.

La embajadora eximió de responsabilidad al Gobierno de Kiev. «Los ucranianos cuentan con sistemas SA-11 en su arsenal, pero no estamos al tanto de la existencia de sistemas de misiles SAM ucranianos en la zona del derribo del avión y, sobre todo, las fuerzas ucranianas no han disparado un solo misil desde el inicio de la crisis».

En general, Power reiteró que el ataque contra el avión «sigue un patrón de acciones característico de los separatistas respaldados por Rusia», y describió el siniestro como una «tragedia que no hace sino subrayar la urgencia y la determinación con la que debemos insistir que Rusia tome pasos concretos para reducir la tensión en Ucrania». «Esta guerra puede terminar. Rusia puede acabar con esta guerra y Rusia debe acabar con esta guerra», ha concluido Power.

Tareas de rescate

Los equipos de rescate desplazados al lugar donde se estrelló el avión malasio han recuperado hasta el momento 181 cadáveres, según un nuevo balance del Ministerio de Exteriores uraniano.

Un portavoz de este Departamento, Andri Sibiga, ha explicado que los cuerpos serán trasladados probablemente a la ciudad de Jarkiv, actualmente bajo control del Gobierno central. Los separatistas prorrusos que controlan partes del este de Ucrania han acordado facilitar las investigaciones de lo ocurrido. Según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), han accedido a que un grupo de expertos internacionales visite la zona.

Investigación internacional

A partir de los próximos días se espera el desarrollo de una investigación internacional en la que estarán involucrados varios países, entre ellos Ucrania, como escenario del suceso, Malasia, como propietaria del avión, y Estados Unidos, como fabricante, según ha explicado a Europa Press la vicepresidenta de la Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo de España (APROCTA), Guadalupe Cortés.

«Las normas internacionales de investigación están reflejadas en el anexo 13 del código de la OACI. También es habitual que se invite a los países que han tenido que lamentar víctimas mortales en los accidentes», ha explicado Cortés, que aprovechó para extender sus condolencias a las familias en nombre de APROCTA.

Acusaciones mutuas por el derribo

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, afirmó pocas horas después del accidente que se debió a un «acto terrorista». Kiev acusa a los separatistas prorrusos de disparar un misil contra el avión. Por su parte, el primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexander Borodai, aseguró que el avión fue derribado por las fuerzas del Gobierno central.

El Boeing 777 de Malaysia Airlines siniestrado, que cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur, volaba en el momento del incidente a 300 metros por encima de la zona de exclusión aérea fijada por las autoridades ucranianas, según los datos de Eurocontrol. «Según nuestras informaciones, el avión volaba a nivel de vuelo 330 (aproximadamente 33.000 pies o unos 10.000 metros) cuando desapareció del radar. La ruta había sido cerrada por las autoridades hasta el nivel 320 pero estaba abierta a la altura por la que volaba el avión», según ha informado Eurocontrol en un comunicado.

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