El convoy de ayuda humanitaria enviado por Rusia para las regiones del este de Ucrania ha llegado este viernes a Lugansk, uno de sus destinos, según han informado los separatistas prorrusos que controlan la ciudad.
«La descarga de la ayuda humanitaria ha comenzado. El cargamento será distribuido entre los residentes», ha asegurado un portavoz de la administración local de la autoproclamada República Popular de Lugansk a la agencia de noticias rusa Itar Tass.
Rusia envió el pasado 12 de agosto un convoy de 270 camiones con unas 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, sobre todo alimentos, para la población del este de Ucrania, afectada por los combates entre los separatistas prorrusos y las fuerzas del Gobierno de Kiev.
Desde entonces, las autoridades rusas y ucranianas negocian una fórmula para permitir que la ayuda humanitaria llegue a los civiles, sin que para ello sea necesario que personal ruso entre en territorio ucraniano.
Sin embargo, este viernes 145 camiones rusos han cruzado la frontera. Ucrania ha explicado que lo ha permitido para evitar un incidente mayor, aunque ha subrayado que se trata de «una flagrante violación de los principios básicos de las leyes internacionales».
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha justificado la entrada a Ucrania del convoy de ayuda humanitaria, subrayando que un nuevo retraso a consecuencia de las negativas del Gobierno de Petro Poroshenko sería «inaceptable».
«Invasión rusa»
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Valentin Nalivaychenko, ha denunciado este viernes que la entrada de los camiones rusos con ayuda humanitaria en territorio ucraniano representa una «invasión directa» del país por parte de Rusia.
La Unión Europea ha denunciado que la entrada de camiones rusos con ayuda humanitaria sin el acuerdo del Gobierno ucraniano ni la escolta del Comité Internacional de la Cruz Roja constituye «una violación clara de la frontera ucraniana» por parte de Rusia y le ha instado a «revertir su decisión».
«Deploramos la decisión de Rusia de meter un cargamento humanitario en el territorio ucraniano sin la escolta del CICR o el consentimiento de las autoridades ucranianas. Esto es una violación clara de la frontera ucraniana», ha manifestado la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, a través de un comunicado de su portavoz.
Ashton ha lamentado que este paso «es contraproducente» respecto a «los acuerdos previos alcanzados entre Ucrania, Rusia y el CICR» y ha instado a Rusia a «revertir su decisión», al tiempo que ha elogiado a las autoridades ucranianas por «su contención» y su disposición de dialogar «a fin de evitar una mayor escalada a la crisis».
«La soberanía de Ucrania, su integridad territorial, unidad e independencia deben ser respetadas», ha recalcado la jefa de la diplomacia europea.
«Reiteramos que la asistencia humanitaria de Rusia debe ser canalizada en pleno respeto del Derecho Humanitario Internacional y sus principios, a través de una organización humanitaria internacional, y en acuerdo con el Gobierno ucraniano», ha apostillado en la nota.
«Esto implica sobre todo enviar todos los detalles necesarios relativos a la ayuda y dar garantías de seguridad para el personal del CICR y los vehículos durante la duración de toda la operación dado que el CICR no acepta escoltas armados«, ha precisado.
Ashton ha insistido en que «a fin de garantizar el respeto del Derecho Humanitario Internacional y sus principios, el convoy, que necesita ser de naturaleza estrictamente humanitaria, tiene que ser escoltado por el CICR».
El Ministerio de Exteriores ucraniano ha subrayado que las autoridades no dieron permiso para que el convoy de ayuda rusa entrase a través de la frontera este, pero ha admitido que el Gobierno dio las «ordenes necesarias» para dejar pasar estos vehículos con el objetivo de evitar nuevas «provocaciones» que pudiesen agravar el conflicto.
El Ministerio ha denunciado en un comunicado que esta entrada supone una «flagrante violación de los principios básicos de las leyes internacionales» y ha pedido a la comunidad internacional que se «una» para «condenar de forma decisiva estas acciones agresivas e ilegales».
Según el servicio fronterizo ucraniano, 145 camiones han cruzado la frontera procedentes de Rusia, tras una semana bloqueados por los constantes desencuentros entre Kiev y Moscú acerca del contenido y los destinatarios del convoy.