Michael Zehaf-Bibeau, el autor del tiroteo el miércoles en Ottawa en el que murió un soldado canadiense, intentó robar un restaurante McDonald's en la ciudad de Vancouver con la intención de que le enviaran a prisión y poder superar así su adicción al crack, según informa el diario The Globe and Mail.
Al parecer, el hombre entró con un palo afilado y amenazó al dependiente con él, pero después de que éste se negara a entregarle el dinero, Zehaf-Bibeau abandonó el establecimiento con tranquilidad y se sentó en la puerta a esperar a la Policía.
El 16 de diciembre de 2011 compareció ante un tribunal provincial de la Columbia Británica, donde explicó que su intención era ser detenido para poder ir a la carcel y enmendar un delito anterior, además de superar su adicción a las drogas.
En las grabaciones de audio de la vista, que han obtenido los medios locales este jueves, Zehaf-Bibeau relata que cometió un robo en Quebec diez años antes, pero se negaron a arrestarle ya que no se encontraron registros de aquel delito.
Una persona religiosa
«Soy un adicto al crack y al mismo tiempo soy una persona religiosa y quiero sacrificar la libertad y las buenas cosas por un año quizá para que así cuando salga apreciaré las cosas de la vida más y estaré limpio, o quizá conseguiré teraipa, como una desintoxicación, si vosotros podéis enviarme a una», se escucha explicar a Zehaf-Bibeau.
Ante la recomendación del fiscal de que se le ponga en libertad, el hombre defiende que no quiere seguir libre. «La razón por la que estoy aquí es porque quiero (ir a prisión) (…) así que si me liberáis, ¿qué pensáis que va a ocurrir de nuevo?», pregunta.
Un informe para el tribunal elaborado por la Comisión de Servicios Psiquiátricos Forenses define al acusado como una persona «consciente de su cargo y posibles consecuencias de ser condenado». «Quiere estar en prisión ya que cree que es el único modo de superar su adicción al crack» y «ha sido un musulmán devoto durante siete años», añade el informe.
«Soy incapaz de encontrar ningún aspecto o señal de enfermedad mental y aunque parece estar haciendo una elección inusual esto no es base suficiente para diagnosticar un desorden mental», concluye el informe de los forenses.
Durante el juicio, también se argumentó que Zehaf-Bibeau procedía de «una muy buena familia en Montreal» y uno de sus abogados dijo que se sospechaba que tenía «un desorden de personalidad no diagnosticado, algo en línea con la bipolaridad». Finalmente, pese a que Zehaf-Bibeau se declaró culpable, el juez Ray Low le condenó solo a un día en prisión.