La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, ha apuntado este domingo la necesidad de introducir reformas en el organismo, admitiendo que hubo una respuesta lenta al brote de ébola en África Occidental.
Chan, que ha subrayado que el virus está «claramente» en retirada, ha sostenido que «nunca más debe ser el mundo cogido por sorpresa», abogando por mantener una dinámica actual y evitar la complacencia tras los éxitos logrados ante el avance del virus.
«El brote de ébola muestra la necesidad de un cambio urgente en tres áreas principales: reconstruir y fortalecer la respuesta y preparación a nivel nacional e internacional, hacer frente a las maneras en las que los nuevos productos médicos son llevados al mercado, y fortalecer la forma en la que la OMS opera durante las emergencias», ha manifestado.
Así, ha lamentado que el brote haya revelado «algunas insuficiencias» de la OMS a nivel administrativo y técnico, incluyendo la necesidad de «un fondo de contingencia» para apoyar las misiones de respuesta rápida y los «procedimientos de reclutamiento» de trabajadores sanitarios.
Pese a ello, Chan ha aplaudido los esfuerzos internacionales para acabar con el virus en Guinea, Liberia y Sierra Leona, los tres países más afectados por el brote, si bien ha advertido de que alcanzar una situación de 'cero casos' «no va a ser fácil».
Naciones Unidas ha lanzado un llamamiento para recaudar mil millones de dólares (unos 895 millones de euros) para financiar sus actividades de lucha contra el ébola durante los seis primeros meses de 2015.
Por último, Chan ha dicho que la crisis supone «una oportunidad para construir un sistema más fuerte para proteger la seguridad sanitaria mundial». «Esa es una de las mayores lecciones. Los sistemas sanitarios funcionales no son un lujo, son el colchón que evita que los choques repetinos reverberen», ha remachado.
En total, según la OMS han sido 21.724 las infecciones de ébola en nueve países del oeste de África. La epidemia comenzó en Guinea el año pasado, y el número de muertos asciende desde entonces a 8.641.
El virus ha sido erradicado en Malí, Nigeria y Senegal y, aparte de los casos de sanitarios infectados en España, Reino Unido o Estados Unidos, no se han registrado más infecciones fuera del continente africano. La agencia calcula que 828 trabajadores sanitarios se han infectado en los tres países más afectados, de los cuales 499 han fallecido.