Las hostilidades entre la Troika y Syriza han comenzado oficialmente. El nuevo ministro de Finanzas Yanis Varufakis ha advertido al resto de países de Europa que ni él ni ninguno de su partido negociará con el organismo formado por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE). «No tenemos ningún plan de cooperar con la misión de la troika», declaró Varufakis en la rueda de prensa conjunta con el líder del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem según recoge Reuters.
El ministro griego ha querido esperar la llegada de Dijsselbloem para endurecer su postura. Varufakis ha admitido que «este Gobierno fue elegido sobre la lógica de cuestionar el plan de rescate y no iremos en contra de esto solicitando una extensión». A lo que a respondido el líder del Eurogrupo que a pesar de las elecciones «la situación de Grecia no ha cambiado».
Sin financiación en marzo
El presidente del Eurogrupo se ha mostrado también tajante en relación al programa de rescate que finaliza el 28 de febrero y sin el cual Grecia no podrá pagar sus compromisos. “El programa de rescate se extiende hasta finales de febrero” ha avisado. Además, ha añadido que “Ya decidiremos qué se hará”.
Varufakis ha asegurado que el Gobierno de Grecia tratará de convencer a sus socios europeos de que alcanzar un nuevo acuerdo va en el mejor interés del conjunto de Europa. Mientras Dijsselbloem le ha recordado que para recibir la financiación que Grecia necesita deberá cumplir con lo pactado.
Aparte de ese último tramo de rescate en marzo, Grecia necesita de la Troika una tercera inyección aproximadamente 10.000 millones hasta finales de agosto. El tercer rescate sería condicional a que Grecia cumpliese sus objetivos. Si no hay acuerdo, Syriza tendría un grave problema porque no podría hacer frente a sus compromisos: nóminas de funcionarios, pensiones, sanidad o educación. Ya que, en la actualidad lo paga gracias a que emite cerca de 15.000 millones de euros de deuda que se lo compra entre el BCE, los bancos griegos.
Reestructuración de la deuda
Bruselas establece tres condiciones innegociables para reducir la carga de deuda. La primera es que exista superávit fiscal primario, que según los organismos griegos ya existe. Dicho superávit significa que Grecia podría pagar todos sus compromisos excluyendo los intereses. La segunda parte, es que la quita sea necesaria. A pesar del alto volumen de deuda, un 177% del PIB, algunos economistas piensan que su pago si puede ser sostenible gracias a que los plazos son cómodos y algunos con vencimiento hasta 2040. Otros sin embargo, consideran que el pago lastra a la economía griega y que por ello se debería llevar a cabo una quita. En último lugar (las más difícil de cumplir), que se cumplan todas las condiciones del Memorándum de Entendimiento. El mismo, que Syriza proclamaba muerto cuando accedieron al poder.
Además, por si fuera poco todo lo anterior, una reducción de la carga de la deuda griega debería ser aprobada por los parlamentos de Alemania, Holanda y Finlandia. Todos ellos, nunca han puesto las cosas fáciles a los países acreedores.
Las negociaciones pueden ser largas, pero Grecia tiene un grave problema. Que si se le agota el tiempo, se agota el dinero y la capacidad de respuesta.