El periodista australiano Peter Greste ha recibido este domingo la orden de deportación por la que Egipto le deja en manos de las autoridades de su país tras haberse pasado más de un año en la cárcel por ayudar a la ilegalizada organización Hermanos Musulmanes y difundir falsas noticias contra el gobierno instaurado tras el golpe de estado que derrocó al presidente Mohamed Mursi.
Greste y otros dos periodistas de la cadena panárabe Al Yazira fueron sentenciados el pasado mes de junio a entre siete y diez años de cárcel al término de un juicio duramente criticado por la organización periodística por sus irregularidades.
Además, numerosas ONG internacionales denunciaron que el arresto de los tres periodistas se debió únicamente a motivos políticos dada la pésima relación que existe entre las autoridades egipcias y Al Yazira, que tiene su base en Qatar, país al que Egipto acusa de financiar, y dar voz a través de esta cadena, a Hermanos Musulmanes.
La deportación del periodista contará con el apoyo de Interpol, según ha informado la agencia oficial de noticias egipcia MENA, a la espera de que se resuelva el destino de sus dos compañeros todavía encarcelados: Mohamed Fahmy, que ostenta la doble nacionalidad egipcia y canadiense y el egipcio Baher Mohamed.
En este sentido, fuentes cercanas al primero creen que su deportación es casi inminente, según hizo saber su compañera sentimental, Marwa Omara, a Reuters. «Está en las últimas fases de resolución y nos encontramos bastante esperanzados», ha declarado Omara.