Para tratar de ponerle fin a los conflictos, Merkel y Tsipras han concertado una cita para el próximo lunes 23 de marzo. La canciller alemana ha telefoneado al primer ministro griego para acordar un encuentro en el que ambos puedan hablar sobre las discrepancias que hay entre países en lo relativo a las negociaciones sobre el futuro programa de asistencia financiera del país griego.
Se trata del primer encuentro bilateral de los dos mandatarios. Hasta el momento sólo se habían dirigido pocas palabras en la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se celebró el 12 de febrero, apenas 15 días después de que Syriza ascendiese al poder en las elecciones helenas. En cambio, la reunión esta vez no se celebrará en terreno neutral como Bruselas, sino en Berlín, el territorio del sector duro del Gobierno alemán.
El acercamiento de los dos líderes se produce en uno de los momentos más tensos de la relación entre los países. La pelea entre Yanis Varoufakis y Wolfgang Schäuble, los ministros de Finanzas de Grecia y Alemania, se ha vuelto encarnizada. El primero en disparar fue el representante alemán que declaró no tener claro que medidas debían tomar con Grecia ya que “por el momento nadie entiende que quiere el Gobierno griego”.
Esto no provocó, en cambio, la respuesta de Varoufakis, sino de su compañero de Gobierno, el ministro de Defensa Panos Kamenos, que acusó al alemán de entrometerse en temas que no eran de su incumbencia y no tardó en recordarle al ministro que no era el más indicado para hablar sobre financiación, haciendo alusión al caso de financiación ilegal en el que se vió envuelto a finales de los noventa. “Schäuble envenena las relaciones entre los dos países” declaró en su momento el griego ante los medios alemanes. Esto provocó casi de forma inmediata la réplica del representante alemán en Bild: “Sinceramente, ya vale. Esas no son maneras de tratarse”.
Mientras tanto, Varoufakis se ha visto envuelto dentro de otra polémica. En una entrevista en un medio alemán, fue preguntado acerca de un vídeo en el que él salía mostrando su dedo corazón mientras decía “levanto el dedo a Alemania y le digo que ahora puede solucionar el problema por sí mismo”. Aunque el vídeo no resultaría reciente, Varoufakis negó que el hiciera tal cosa y, el medio aludido, se ha sacudido las manos del tema.