“Unos 700 niños son secuestrados cada día”, con esta premisa Joe, un joven americano, decide iniciar un experimento social para ver lo fácil que es que un desconocido se lleve a un niño del parque.
Siempre grabando con una cámara, Joe se sienta al lado de las madres y se presenta diciéndoles de antemano que está haciendo un experimento social con niños, acto seguido les pregunta “¿cuántas veces les dices a tus hijos que no se vayan con desconocidos?”. Todas responden que muchas. Entonces él les dice que si se acercase a su hijo, con el perrito que ha traído, si están seguras de que su hijo volvería con su madre en lugar de hablar con un completo desconocido. “Completamente segura”, es la respuesta mayoritaria. Ahora, con el permiso de las madres, Joe se acerca a hablar con los pequeños.
Todo es muy sencillo, solo tiene que decir “Hola, ¿te gustan los perritos? Tengo más, ¿quieres verlos?” y todos los niños se acaban yendo de la mano con él, ante el asombro de unas madres que ven como su hijo no responde tan bien como les han enseñado.
Este experimento demuestra que a pesar de decirles cientos de veces a los hijos que no deben irse con desconocidos, si éste llega con un cachorro y una voz amable, sí se irán con él. Raptar a los pequeños en más fácil de lo que una madre puede pensar. Joe les había avisado, pero ¿qué hubiese pasado si esto no hubiese sido un experimento social?