“Que Dios me ayude». Éste fue el punto y final de su debate de toma de posesión. Ewa Kopacz, primera ministra polaca, rompe con el estereotipo de mujer polaca y de política europea. Nacida en el llamado Octubre Polaco, fecha que dio fin a la época estalinista, parecía estar destinada al cambio.
Pero este cambio parece haber sufrido un punto y aparte. Las elecciones legislativas de Polonia han dado la mayoría absoluta a su principal rival, el derechista Jaroslaw Kaczynski, y han dejado el Parlamento con nula representación de partidos de izquierdas.
Desde que Kopacz ocupó un cargo de relevancia en política (en 2007, siendo Ministra de Sanidad), acaparó gran parte de las portadas en los medios de comunicación. Es cristiana, católica practicante, pero eso no le ha impedido protagonizar choques con algunos grupos pro-vida y una movida carrera política.
Médica pediatra de profesión, Ewa Kopacz no dudó en aceptar y propiciar el aborto de una chica de 14 años que había sido violada, pese a conocer las reacciones que provocaría su decisión. Las asambleas pro-vida no se hicieron esperar. La tacharon de abortista, una de los peores calificativos para un político polaco. Y es que la interrupción voluntaria del embarazo, en ese caso, entraba dentro de los parámetros legales, pero fue la intromisión de la facultativa la que provocó toda la polémica.
Sus controversias no acabaron ahí. En su mandato como Ministra de Sanidad, Ewa Kopacz se enfrentó con las grandes farmacéuticas al negarse a comprar vacunas para la gripe porcina. Una ministra de Sanidad que rechaza comprar vacunas para sus conciudadanos. Pero es que esta mujer es de ideales fuertes y su experiencia como médica le decía que esas medicinas no estaban realmente comprobadas. Al final, el tiempo le dio la razón: la gripe porcina apenas afectó al territorio polaco y la solución farmacéutica no ayudó en los demás países.
Accidente aéreo
Uno de los momentos más difíciles de su carrera política fue el peor accidente aéreo de la historia de Polonia, que se produjo mientras ella ocupaba la cartera de Sanidad. Esa tragedia acabó con la vida de 95 personas, entre las que se encontraban numerosas personalidades como el entonces presidente polaco Lech Kaczyński.
La primera ministra polaca es lo que se califica como “una mujer de bandera”. No duda en imponer sus ideales si ella los considera justos, sea quien sea al que se lleve por delante. A no ser que se trate de su gran amigo y predecesor Donald Tusk, con quien mantenía una estrecha relación y que le ayudó a escalar en su carrera política.
Poco carisma
Buenas relaciones y valentía en las polémicas, aunque poco carisma. Ésta una de las críticas que más se oyen contra la política polaca. Esta cualidad, sumada a las repercusiones negativas en los terrenos comercial y de la seguridad del conflicto bélico separatista de la vecina Ucrania, ha sido una de las causas de que su partido, Plataforma Cívica (PO), perdiera las elecciones legislativas.
Kopacz empezó su carrera política en los años 90, cuando fue elegida representante popular en la Sejmik (Consejo de Polonia). Poco a poco fue escalando posiciones hasta llegar a ser nombrada por el propio Tusk como Ministra de Sanidad debido a su carrera universitaria. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando acarició el cielo. Tusk pasó a ocupar la presidencia del Consejo Europeo y ella resultó elegida primera ministra.
En la actualidad, Ewa Kopacz ha decidido inclinarse por un “enfoque pragmático” del conflicto ucraniano. Ha aceptado ser un punto estratégico en las operaciones de la OTAN en esta guerra. En cuanto a la entrada en el euro, la gobernante ha optado por mantener la posición de su antecesor y no poner una fecha para su unión a la Eurozona, ya que podría verse retrasada debido a los bajos precios del país, que sufriría una inflación que los ciudadanos podrían no soportar. Además, la primera ministra afirmó que si bien Polonia necesitaba cumplir con los criterios técnicos para adherirse al euro, el bloque monetario debía demostrar que es estable.