La Comisión Europea ha aprobado este jueves el acuerdo fiscal alcanzado entre Grecia y la empresa de participación conjunta Trans Adriatic Pipeline (TAP), en la que participa Enagás, para construir un gasoducto que transportará gas desde Azerbayán hasta la UE a partir de 2020, según ha informado en un comunicado.
El Ejecutivo comunitario ha concluido que el acuerdo, que otorga un régimen fiscal específico para TAP durante 25 años desde el comienzo de la actividad comercial y establece cómo la sociedad construirá y operará el gasoducto, está en línea con la legislación comunitaria de ayudas de Estado.
Además, Bruselas ha considerado que el proyecto mejorará la seguridad y la diversidad de la oferta energética de la Unión sin distorsionar la competencia en el mercado único.
TAP es una 'joint venture' registrada en Suiza y sus accionistas son BP (20%), Socar (20%), Snam (20%), Fluxys (19%), Enagás (16%) y Axpo (5%).
El Gasoducto Trans Adriático es la parte europea del Corredor Gasista del Sur, que conectará el mercado comunitario con nuevas fuentes de gas y contará con una capacidad inicial de 10.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
En concreto, transportará gas desde Shah Deniz II en Azerbayán hasta el mercado de la UE desde 2020. El Gasoducto Trans Adriático comenzará en la frontera helena y continuará a través de Albania hasta Italia bajo el mar Adriático.
El proyecto está incluido en la lista de proyectos de interés común (PCI) de la Comisión Europea, que persigue la creación de un mercado energético integrado en la UE y es «esencial» para poder alcanzar los objetivos en política energética para un suministro asumible, seguro y sostenible, según subraya Bruselas.
Así, el análisis del Ejecutivo comunitario ha determinado que el gaseoducto incrementará la competencia en el mercado europeo de gas gracias a los nuevos volúmenes y a la nueva ruta de suministro.
Además, la Comisión ha defendido que sería improbable llevar a cabo el proyecto ante la ausencia de ayudas, y ha destacado que la construcción requiere una inversión importante por adelantado a lo largo de varios años sin que se puedan garantizar ingresos.
En cualquier caso, el acuerdo incluye un mecanismo de ajuste que limita las ventajas máximas para la sociedad. De esta forma, si las tasas fiscales equivalentes creciesen o cayesen más de un 20%, este sistema calcularía de nuevo la contribución fiscal de TAP.
La Comisión Europea ha asegurado que serán las autoridades griegas las encargadas de garantizar que la 'joint venture' cumple con la metodología establecida y que la ayuda se limita a la mínima necesaria.