La pequeña ciudad alemana de Ansbach, en el estado de Baviera, se esfuerza por recobrar el pulso después de que un hombre de origen sirio, de 27 años, detonara un artefacto explosivo cerca de un festival de música y causara heridas a quince personas. La hipótesis del atentado yihadista estaba sobre la mesa desde el principio, aunque finalmente el Estado Islámico se ha encargado de confirmar y ha asumido qiue el 'hombre-bomba' de Ansbach actuó a petición de la organización terrorista.
El Estado Islámico ha reivindicado la acción de Ansbach a través de un breve comunicado difundido en las redes sociales por Amaq, la agencia de noticias afín al grupo yihadista. «El autor de la operación de martirio en Ansbach es uno de los soldados del EI», señala la agencia, que añade que llevó a cabo esta operación «en respuesta a los llamamientos a atacar a los países de la coalición que lucha contra el Estado Islámico» en Irak y en Siria.
Poco antes de la reivindicación del Estado Islámico, la policía alemana ha encontrado en el teléfono móvil del atacante un vídeo de contenido yihadista, en el que amenazaba en árabe con cometer un atentado terrorista en nombre del Islam y se declaraba seguidor de Abu Bakr al Bagdadi, líder del grupo terrorista.
Según el Ministerio del Interior alemán, el joven sirio decía en el vídeo que se trataba de una «venganza contra Alemania» por interponerse en el camino del Islam y por la muerte de musulmanes.
Por otro lado, la policía ha descubierto que el atacante, un solicitante de asilo sirio procedente de la ciudad de Alepo, guardaba en la habitación que ocupaba en un albergue de Ansbach material susceptible de ser empleado para fabricar bombas, entre otros materiales, un bidón de gasolina, ácido clorhídrico, pilas, alambres y guijarros, además de un ordenador portátil con imágenes de violencia relacionadas con el Estado Islámico.
La fiscalía también ha informado de que el atacante detonó el artefacto explosivo porque le prohibieron entrar al festival de música, en el que había en ese momento unas 2.500 personas.
La autopsia ha revelado que el joven atacante tenía «heridas de guerra» en las piernas y los pies, aunque aún es pronto para determinar, según la investigación, si pudo haber participado en la guerra en Siria.
Pendiente de la deportación
El atacante vivía en un albergue de Ansbach y llevaba dos años en Alemania. Había solicitado asilo en el país, pero la petición había sido denegada. El joven tenía una orden de deportación a Bulgaria, pero no había sido ejecutada. El hombre contaba con antecedentes policiales y había intentado quitarse la vida en otras dos ocasiones.
La explosión de una bomba casera en Ansbach tiene lugar en una semana repleta de sobresaltos en Alemania, que han desatado todas las alarmas en el país, especialmente en Baviera, estado todo han ocurrido en solo una semana cuatro ataques protagonizados por jóvenes procedentes de países árabes. El primero de ellos ocurrió el pasado lunes cuando un joven de origen afgano irrumpió en un tren regional en Wurzburgo e hirió a cinco personas. El ataque fue reivindicado por el Estado Islámico.
El viernes por la tarde un joven alemán-iraní asesinó a nueve personas, la mayoría adolescentes, e hirió a otras 35 en un centro comercial de Múnich. El último suceso trágico ha tenido lugar en la tarde de este domingo cuando un refugiado sirio ha matado con un machete a una mujer y herido a otras dos en la ciudad de Reutlingen, en el suroeste del país.
Redacción