La elección del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha provocado inquietud entre diversas organizaciones y grupos medioambientales, ante la incertidumbre por sus políticas sobre el clima y la continuidad del Acuerdo de París, que entró en vigor el 4 de noviembre.
El coportavoz federal de Equo, Juantxo López de Uralde, calificó de «nefasta» la elección de Trump en relación al cambio climático, ya que «no ha disimulado su negacionismo climático».
Además, añadió que la primera decisión que ha tomado el nuevo presidente es «muy significativa», puesto que ha puesto al frente de la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA) a un escéptico del calentamiento global, Myron Ebell, con la misión de «desmontar lo que pudo avanzarse en la época de Obama en materia de cambio climático».
En este sentido, consideró que lo «esperable» es que la administración de Trump trabaje para bloquear el Acuerdo de París y posteriormente desmantelarlo desde dentro, una posición que «condiciona siempre la actitud de otros países grandes», como China, India, Brasil o Rusia.
En un comunicado de la coalición Climate Action Network (CAN), de la que forma parte la ONG SEO/BirdLife, la actitud «anti cambio climático» del mandatario estadounidense es «preocupante», y ha recalcado que el Acuerdo de París «forma parte del Derecho Internacional y está apoyado por una amplia variedad de sectores en todo el mundo».
En ese sentido, han recordado que para que un país abandone el pacto ha de iniciar un proceso que dura «unos cuatro años», y en el caso de EEUU la acción contra el cambio climático además cuenta con un amplio apoyo del pueblo estadounidense, que se ha mostrado «ampliamente a favor de las políticas del presidente Obama» en materia climática.
El secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, por su parte manifestó que «el discurso previo de Trump ha sido muy negativo porque, que a estas alturas alguien niegue la existencia del cambio climático y que haga una apuesta firme por las energías sucias es realmente un mensaje muy negativo».
«Tenemos que ver -continuó del Olmo- si esta postura en el futuro tiene perspectivas de convertirse en realidad porque la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una oportunidad también económica».
Para el secretario general de WWF, «hablamos de transformar la economía de todo el mundo, y también de Estados Unidos (EEUU), hacia un sistema energético y productivo limpio que conlleva innovación, investigación y desarrollo».
Otra situación preocupante pasa por que, por ejemplo, Trump lleve a cabo un recorte de todos los fondos destinados a lucha contra el calentamiento del planeta.
Una de las patas más importantes del Acuerdo de París es el fondo verde de adaptación contra el cambio climático. Este fondo está pensado para ayudar a las economías que están sufriendo el cambio climático para que se preparen tecnológicamente con la intención de «saltar» hacia una producción más limpia.
Si realmente EEUU no aporta dinero a ese fondo, uno de los pilares del Acuerdo de París, estaría en peligro. «También peligra que exista un debilitamiento de las Naciones Unidas (ONU), la única herramienta con la que disponemos para la cohesión en la lucha contra las amenazas medioambientales y el cambio climático», subrayó la ONG.
En WWF se considera que esta actitud pueda que tenga un efecto de contagio, «que sea un proceso imparable, aunque otra cuestión es la velocidad, dado que necesitamos que las medidas se tomen cuanto antes debido a que la temperatura media de la Tierra está aumentando muy rápidamente a un nivel muy peligroso».
«Si fuese un hombre de negocios como Trump comprobaría donde está realmente el futuro económico que pasa por un cambio de modelo», concluyó Juan Carlos del Olmo.