La derecha francesa ya tiene candidato presidencial con la vista puesta en las elecciones del año que viene. El exprimer ministro François Fillon le ha ganado el pulso al moderado Alain Juppé con un triunfo incontestable en la segunda vuelta de las primarias conservadoras y será el encargado de disputarle la jefatura del Estado en las urnas a la ultraderechista Marine Le Pen. Todas las encuestas coinciden en situarle con pie y medio en El Elíseo.
Fillon ha barrido en la batalla definitiva por el centro-derecha y se ha impuesto con contundencia a su rival, Alain Juppé. El 66,5% de los 4,3 millones de simpatizantes de la derecha que han votado se han inclinado por Fillon, un aspirante que cuenta con muchas posibilidades para hacerse con la presidencia de Francia en 2017.
De hecho, las encuestas publicadas tras el triunfo de Fillon pronostican una victoria suya en la primera vuelta de las elecciones presidenciales el próximo 23 de abril, con un 26% de intención de voto, frente al 24% de Le Pen. Ya en segunda vuelta, Fillon derrotaría claramente a la candidata ultraderechista con un 66% de los votos frente al 33% de su contrincante.
Fillon era el gran favorito para convertirse en candidato al Elíseo. En la primera ronda de las primarias, logró una victoria clara tras alcanzar el 44,1% de los votos frente al 28,6% de Juppé y al 20,7% del expresidente Nicolas Sarkozy, que se vio apeado de la carrera electoral.
La euforia se desató rápidamente en el cuartel general de Fillon. El escrutinio de las primeras mesas ya anunciaban que su triunfo sería un paseo. Aclamado por todos los simpatizantes, Fillon salió para celebrar «una victoria construida sobre mis convicciones. Desde hace tres años recorro Francia con mis convicciones, y mi iniciativa ha sido comprendida por los franceses», dijo el ya aspirante conservador al comparecer ante sus seguidores.
Fillon, primer ministro entre 2007 y 2012 bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, se presenta con un programa económico muy liberal -algo no muy habitual en la derecha francesa, que tradicionalmente suele ser muy intervencionista- y con un discurso muy reaccionario. Gran admirador de la exprimera ministra británica, Margaret Tatcher, Fillon aboga por llevar a cabo una auténtica terapia de choque para sacar a Francia de la crisis que arrastra desde hace años y ya ha anunciado que si llega al Elíseo barrerá buena parte de las políticas que ha instaurado el actual presidente galo, François Hollande. «Francia nunca ha sido tan de derechas como ahora”, ha dicho en varias ocasiones a lo largo de la campaña electoral.
S. Jiménez