Roscosmos, nombre que recibe la agencia espacial rusa, ha confirmado que la nave espacial rusa Progress ha explotado en el aire cuando se dirigía a la Estación Espacial Internacional para transportar 2,3 toneladas de suministros. Se trataba de un carguero no tripulado que fue lanzado el pasado jueves y cuyo despegue se produjo con absoluta normalidad.
A pesar de este accidente, la pérdida de esta nave espacial no supondrá ningún tipo de problema al funcionamiento de los sistemas de la estación espacial y las operaciones habituales llevadas a cabo por la tripulación.
Aunque inicialmente no hubo ningún contratiempo en el despegue, los controladores localizaron diversos fallos en la telemetría cuando la tercera fase del lanzador Soyuz se encontraba en pleno funcionamiento. Después de transcurrir seis minutos de vuelo, se perdió el contacto telemétrico con el cohete. La llegada del carguero al complejo orbital estaba prevista para este sábado.
Según Roscosmos, ‘’la nave espacial se estrelló a una distancia de 190 kilómetros sobre una zona montañosa despoblada de difícil acceso en la República de Tuva’’. Conforme a las declaraciones realizadas por la agencia espacial rusa, parte del cohete se incendió en la atmósfera y, consecuencia de ello, se ha creado una comisión de investigación con el objetivo de estudiar y analizar lo sucedido.
Todavía es pronto para averiguar si la separación final de la nave Progress y la maniobra de sus paneles solares llegó a producirse. Algunos medios de comunicación rusos consideran que la misión ha fracasado, basándose en el desplome de los restos del carguero sobre la Tierra. Según la industria de cohetes espaciales TASS, dichos restos del carguero pudieron caer en China o en el Océano Pacífico.
En 2015 Roscosmos sufrió otro revés
El del pasado jueves no es el primer percance que sufre la agencia espacial rusa. En el mes de abril de 2015, otra nave Progress que portaba alimentos, oxígeno y otros abastecimientos para la Estación Espacial Internacional perdió el control y estalló en la atmósfera, lo que supuso un duro golpe para la industria espacial rusa.
Otras grandes consecuencias a destacar de este incidente fueron la suspensión de sus vuelos espaciales durante tres meses aproximadamente y la permanencia en el espacio durante un mes adicional del equipo de astronautas que se encontraban a bordo de la plataforma orbital.
David Batalla Bernabeu