Prometía polémica durante la campaña y no ha suavizado su estilo al llegar a la Casa Blanca. Donald Trump sigue haciendo amigos dentro y fuera de su país y el último en recibir sus dardos ha sido el presidente francés, François Hollande, que ha entrado de lleno en las provocaciones del presidente estadounidense.
“París ya no es París”. Es la frase que, según Trump, le espetó un amigo suyo amante de la capital francesa para explicarle que ya no viajaba allí tras los atentados terroristas y así lo contó en la mayor reunión de los conservadores del país, la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
Trump usó París y la inseguridad que según él reina en Europa para reforzar sus políticas para la construcción de “una gran América” que no puede parecerse a Suecia, Alemania y Francia, países que no son seguros según él. El presidente estadounidense consolida el ataque como parte fundamental de su estilo, en este caso, contra otro país. Y Hollande ha entrado al trapo.
El enfado del presidente francés se ha dejado sentir en su reacción ante los medios. «Nunca es bueno mostrar el más mínimo desprecio con un país amigo», decía Hollande este sábado y ha criticado otros sucesos que ocurren en Estados Unidos. «No haré la comparación, pero aquí no hay libre circulación de armas y no hay personas que disparan contra la gente indiscriminadamente», dijo Hollande con gesto serio.
Las palabras de Trump pueden tener un efecto negativo para el turismo en París, la segunda ciudad europea más visitada en la que preocupa que el terrorismo haga disminuir las visitas.
Las relaciones diplomáticas no han sido el fuerte de Trump, que inició su mandato enfureciendo a China tras mantener una conversación telefónica con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Para Pekín esta conversación fue ataque ya que considera este territorio una parte de su país. La polémica se suavizó pero hizo levantar todas las alertas diplomáticas ante una posible escalada del conflicto.
Enemigos internos
Pero esta semana ha dado para crearse más enemigos. La Casa Blanca vetó la entrada de varios medios considerados críticos con el presidente estadounidense y no permitió su entrada en una reunión informal con el portavoz del Gobierno. 'The New York Times', Politico, CNN y 'Los Ángeles Times’ e, incluso, medios extranjeros como la BBC quedaron fuera de la convocatoria.
La medida ha levantado la ira de los grupos mediáticos y de los periodistas, que poco han podido hacer frente al veto del que tuvieron conocimiento en la propia entrada al Ala Oeste de la Casa Blanca. Allí, los funcionarios les impidieron la entrada porque no estaban en la lista de medios acreditados, lo que ha generado críticas en un país donde la libertad de expresión era considerada un pilar fundamental de su democracia.
“Nada parecido nos ha pasado en la Casa Blanca durante la larga historia en la que llevamos cubriendo a todo tipo de Administraciones de los dos partidos”, dijo el director de ‘The New York Times’, Dean Baquet, en un comunicado.
FAKE NEWS media knowingly doesn't tell the truth. A great danger to our country. The failing @nytimes has become a joke. Likewise @CNN. Sad!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 25 de febrero de 2017
Pero con Trump esto cambia también. Su lucha contra lo que considera “el enemigo del pueblo” no se ha quedado en hacer de su propio portavoz mediante sus ‘tweets’. En la misma conferencia en la que se criticó la seguridad en París, volvió a acusar a los medios críticos de difundir “noticias falsas”. “Son muy listos, son muy astutos y muy deshonestos”, dijo durante en el mismo discurso en el que atacó a París.
Paula Pérez Cava