Ellie-May Clark, una niña británica de cinco años, murió de un ataque de asma apenas unos minutos después de llegar a la consulta de urgencias en la que debía ser atendida. La menor llegó cuatro minutos tarde a la cita que tenía en el servicio médico y la doctora que debía atenderla se negó a verla por la falta de puntualidad.
Todo ocurrió en enero de 2015. La menor sufrió un ataque de asma en el colegio y acudió en estado crítico a la Clínica The Grange, en Newport, Gales. Poco después su madre la trasladó al Royal Gwent Hospital, en Cardiff, la capital galesa, pero era demasiado tarde. La madre de la menor no se explica lo sucedido, según cuenta el periódico británico Daily Mail.
El informe oficial de los sucedido cifra en ocho minutos el retraso y se culpa de la muerte de la menor a no haber sido atendida en ese momento. La médico que debió atender a la menor, Joanne Rowe, justificó no haberla visto porque se encontraba con otro paciente. Fue suspendida durante seis meses por el suceso y recibió una amonestación escrita, pero ya vuelve a ejercer la medicina en otro hospital.
La familia se queja de que ni siquiera «se ha disculpado con nosotros, se fue con un pequeño castigo pese a que su estricta actitud con el tiempo mató a nuestra pequeña», ha dicho la abuela de la niña al Mail On Sunday.
PPC