El bombardeo que Trump llevó a cabo este viernes sobre una base siria en respuesta al ataque químico del martes sobre población civil en el que fallecieron 87 personas, ha recibido todo tipo de respuestas. Entre ellas los calificativos de Pyongyang, que, junto a sus ambiciones nucleares, han provocado la demostración de fuerza, a modo de advertencia, por parte de Estados Unidos.
Corea del Norte, fiel aliado del régimen sirio, ha descrito el ataque de Trump como “acto imperdonable de agresión contra un estado soberano”, en un comunicado del Ministerio de Exteriores.
La respuesta del polémico presidente Donald Trump no se ha echo esperar, y ha decidido enviar su portaaviones, Carl Vinson, acompañado de una flota militar, este domingo como «medida prudencial para mantener su disposición y presencia en el Pacífico”, según explica el portavoz del gobierno estadounidense, Dave Benham a la agencia AFP.
“La principal amenaza en la región sigue siendo Corea del Norte debido a su temerario, irresponsable y desestabilizador programa de pruebas de misiles y su ambición nuclear”, añade.
Por otro lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha afirmado este domingo que Washington «podría pensar en nuevas conversaciones» con Corea del Norte si pone fin a sus pruebas balísticas y nucleares.
Todo ello enmarcado en la visita del presidente chino, Xi Jingping, a la Casa Blanca, donde Trump ha pedido a su homólogo que interceda para frenar las provocaciones de Corea del Norte.
Marta de la Fuente