Decenas de familias esperaban a ser evacuadas ayer sábado en varios autobuses fuera de la ciudad siria de Alepo cuando un coche bomba acababa con la vida de más de 100 personas. En pleno sábado cientos de ciudadanos sirios volvían a sentir lo que era el terror del que huían y veían, de nuevo, cómo cada esperanza de niños, madres y padres volvía a quedar reducida a la nada.
En menos de cinco segundos un estallido provocaba cientos de muertos, fuego, humo, gritos y lágrimas. Todos los que se encontraban en los alrededores en el momento de la explosión corrieron a ayudar como pudieron. Muchos salieron con lo puesto mientras que periodistas y fotógrafos dejaron a un lado los móviles, las cámaras y los papeles para lanzarse de lleno a ese caos cubierto de una nube de humo negro.
Entre ellos se encontraba Abd Alkader, un hombre con barba y pelo largo, que con su cámara bajo el brazo sale corriendo con un niño herido en sus brazos. Poco después el hombre aparece en suelo llorando ante la situación que está viviendo. «Lo que mis colegas y yo hemos hecho hoy es inspirar humanidad en aquellos que fueron culpables de matar a los niños de Khan Sheikban«, explicaba el fotógrafo horas después de ver cómo su imagen daba la vuelta al mundo.
What I and my colleagues have done today is what inspires our humanity to those who were partners in killing the children of #Khan_Sheikhan
— Abd Alkader Habak (@AbdHabak) 15 de abril de 2017
La fotografía fue publicada en Twitter después del atentado por Ala's Shehabi. Más de 3.000 personas han compartido dicha imagen desde ayer sábado.
Syrian videographer @AbdHabak, who was reporting from Khan Sheikhoun last week, at the scene of today's massacre. Haunting. pic.twitter.com/qfu90zgkoX
— Omar Ghabra (@omarghabra) 16 de abril de 2017
Andrea Morea