La Comisión Europea ha impuesto este martes una multa récord de 2,42 mil millones de euros a Google por abuso de posición dominante en las búsquedas en línea para promover su comparador de precios «Google Shopping.» Hasta ahora, la mayor sanción había correspondido al fabricante de chips informáticos, la también americana INTEL, con 1,1 mil millones, en 2009.
La cifra es menos mareante de lo que parece: equivale al 3% del efectivo que Google guarda en su caja. El beneficio neto de la sociedad es siete veces más que la multa y ésta solo seis veces más que el posible volumen de negocio en España, pero solo el 8% de lo que factura fuera de los Estados Unidos. O sea, no es parta tanto.
Google podría ser sancionada en otros dos procedimientos que afectan al sistema Android y a su distribución publicitaria en AdSense. Esta sanción también abre la puerta a demandas por daños y perjuicios por cualquier persona o entidad afectada por las prácticas de la compañía.
Esta decisión se produce menos de un año después de que la Comisión Europea sancionara a Apple, por haberse beneficiado de «beneficios fiscales» indebidos en Irlanda. Esta siendo investigada Amazon; ha sido sancionada Facebook, por ocultar datos en la compra de Whatsapp. Y, en tres ocasiones Microsoft.
“Es un mensaje a Google y a los demás: o cambiáis o nos tendréis detrás de vosotros”, ha afirmado un funcionario de la Comisión.
Europa marca la agenda
La comisaria de la competencia ha decidido marcar la agenda de los gigantes tecnológicos y librar a Europa de los comportamientos monopolistas de Sillicon Valley, más tolerados en los Estados Unidos.
Uno de los reconocimientos efectuados esta mañana por la comisaria es que ha dejado de colaborar en esta capítulo con las autoridades norteamericanas que suelen desistir de desarrollar procedimientos antimonopolio. La Comisión Federal de Comercio cerró una investigación similar contra Google en 2013.
Nueva tensión con Estados Unidos
Tal decisión desfavorable para una compañía estadounidense podría aumentar las tensiones entre Bruselas y Washington, ya elevada desde la llegada al poder de Donald Trump y sus sucesivas decisiones, y puede tener transcendencia en la cumbre del G-20 que se celebrará dentro de dos semanas, 7 y 8 de Julio; y que los europeos ya preparan al margen de Estados Unidos e Inglaterra.
Es cierto que la relación de Trump con la industria de la tecnología son tensas y que sus decisiones (inmigración o cambio climático) chocan con la cultura liberal social de Silicon Valley. No obstante, parece que Europa se ha adelantado a las propuestas de proteccionismo de Trump y se apresta a ignorar al atlántico, también en el caso de las empresas tecnológicas, lo que hará difícil que Trump pueda permanecer impasible, a pesar de las relaciones de Google con Obama, seriamente criticadas por el mandatario norteamericano.
En Estadios Unidos destacan la postura agresiva que los funcionarios europeos mantienen sobre las empresas de tecnología más grandes del mundo, yendo más allá, significativamente, que sus homólogos estadounidenses. Se sugiere que el malestar europeo con Sillicon Valley tiene que ver con su captura total de un mercado de 500 millones de consumidores.
Trump ha hablado en los momentos de necesidad de una regulación antimonopolio agresiva pero difícilmente podrá permanecer en silencio ante la ofensiva europea.
Las trampas de Google
«Google ha abusado de su posición dominante en el mercado de los motores de búsqueda mediante la promoción de su propio servicio de comparación de precios degradando los de sus competidores”. Esta es la explicación en un comunicado de la comisaria de competencia, Margrethe Vestager. “Ha impedido acceder a otras empresas que compiten sobre la base de sus méritos y la innovación” y, sobre todo, «impidió que los consumidores europeos se beneficien de elección real de los servicios”
La sanción constata que Google es el jugador dominante en los buscadores en Europa. Los informes de la Comisión han considerado que Google fue dominante en los mercados de búsqueda de Internet en general en los 31 países de la Zona Económica Europea, con una cuota de mercado de alrededor del 90%.
Tras una investigación de siete años sobre el dominio de Google en las búsquedas y los teléfonos inteligentes (la investigación fue iniciada por el español Joaquín Almunia), todo parece sugerir que la compañía tiene la necesidad de repensar fundamentalmente la forma en que opera.
Google habría entrado en el mercado de comparación de compras en 2004 con un servicio llamado Froogle, que permitía a los usuarios comparar productos y precios en línea. Al cabo de dos años, un documento interno de la compañía descubierto durante la investigación señaló que «Froogle simplemente no funciona.»
A partir de 2008, Google comenzó a desarrollar, inicialmente en el Reino Unido y Alemania, y luego en el resto de la Unión Europea, cambios fundamentales en su estrategia para impulsar el servicio de comparación de compras y vulnerar romper la ley de la UE. La estrategia de incluir el comparador de compras en el buscador produce que el 95% de los click los reciban las diez sugerencias de Google, el 35% solo el primer recomendado; en este caso el porcentaje se eleva de forma exagerada en la búsqueda por móvil.
Las multas de la Comisión
Apple, 13.000 millones (2016) por elusión fiscal, tras acuerdos con el Gobierno irlandés para el pago de impuestos.
MAN, Volvo/Renault, Daimler, Iveco y DAF. 3.000 millones (2016), al descubrirse que los fabricantes de caminiones habían estado pactando precios durante catorce años.
Microsoft, 1.200 millones (2004, 2006, 2008): por no proveer código a sus rivales para incluir sus herramientas en el servidor de Windows a un precio razonable.
Intel, 1.100 millones de euros) por prácticas anticompetitivas, ofreciendo descuentos solo a aquellas compañías que compraban sus chips
Facebook, 110millones de euros (2017): por proveer información incorrecta a la Comisión sobre la compra de WhatsApp.
Miguel de la Balsa