El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa deshaciendo todos y cada uno de los cambios que llevó a cabo su predecesor, Barack Obama. En este caso, Trump ha decidido tirar por tierra una de las medidas más reivindicadas por los colectivos LGTB en Estados Unidos: la posibilidad de que las personas transexuales puedan servir en el ejército estadounidense sin ningún tipo de cortapisa.
Pero para Trump es claro: “Nuestras fuerzas armadas deben centrarse en una victoria decisiva y abrumadora y no pueden cargar con los tremendos costes médicos y los trastornos que conllevaría tener personas transgénero entre los militares”. El presidente de EEUU ha advertido de que anuncia esta decisión, vía Twitter -como es habitual-, después de haber consultado con generales y expertos militares. Así, Trump impedirá que estas personas puedan servir en “cualquier capacidad militar”.
After consultation with my Generals and military experts, please be advised that the United States Government will not accept or allow……
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 26 de julio de 2017
….Transgender individuals to serve in any capacity in the U.S. Military. Our military must be focused on decisive and overwhelming…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 26 de julio de 2017
….victory and cannot be burdened with the tremendous medical costs and disruption that transgender in the military would entail. Thank you
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 26 de julio de 2017
El Departamento de Defensa de EEUU de Barack Obama había aprobado una política para eliminar los vetos de entrada a personas que hubieran cambiado de sexo a las fuerzas armadas. Ashton Carter, el secretario de Defensa por entonces, puso un margen de un año para que el Pentágono adaptara la fórmula de acceso así como el número de reclutas transexuales. Pero no ha dado tiempo, ya que la aplicación de la medida ha pasado a manos del gobierno Trump, que no ha tardado en echar abajo la medida.
Ya a comienzos del mes de junio, el secretario de Defensa, James Mattis, había anunciado que retrasaría su aplicación seis meses como mínimo ya que necesitaban estudiar la medida durante más tiempo. El Pentágono explicó que se necesitaba este tiempo para revisar “los planes de acceso y proporcionar ‘inputs’ sobre el impacto” que la medida tendría. Es más, el propio Mattis ya puso en duda la posibilidad de que “la decisión afectara a la preparación y la letalidad de la fuerza”. “¿Cómo afectará esta decisión la habilidad de los militares estadounidenses de defender la nación?”, decía el mes pasado el responsable de Defensa.
Un estudio de Rand Corporation para el Departamento de Defensa cifró entre 1.320 y 6.630 los militares transgénero en EEUU de un total de los 1,2 millones de personas que integran las fuerzas armadas de ese país. Sin embargo, este estudio consideró que el impacto sería “mínimo”, según cita la CNN.
Una de las medidas que sí consiguió implantar Obama en el ejército estadounidense fue la eliminación del veto contra la entrada de personas abiertamente homosexuales, conocido como “Don’t ask, don’t tell”.
Paula Pérez Cava