La Unión Social Cristiana (CSU) – será el partido más votado aunque previsiblemente no alcanzará la mayoría absoluta.
En Alemania, cada persona emite dos votos en la elección del Bundestag, para asignar un total de 598 escaños. La mitad de ellos son diputados locales por circunscripción electoral; los 299 votos restantes se eligen a través de listas de partidos, asignados proporcionalmente al voto del partido en cada uno de los 16 estados federales de Alemania.
La previsible victoria de Merkel
La canciller alemana Angela Merkel ganará las elecciones generales que se celebran el próximo día 24 en su país, una victoria que permitirá a la Unión Europea, después de las elecciones francesas, mantener una estabilidad sin sobresaltos para abordar sus reformas pendientes y los retos que enfrenta.
Con la crisis de los refugiados abierta, el populismo de izquierda y de extrema derecha ofreciendo alternativas poco realistas ante la cara social de la situación alemana, Merkel sigue pareciendo la alternativa más creíble para los alemanes, sin que la socialdemocracia (SPD) haya podido aprovechar la oportunidad de los efectos sobre Alemania de las diferentes crisis europeas.
No obstante, parece que el cuarto mandato de Merkel se producirá en coalición, algo que a Merkel no le preocupó nunca en el pasado.
La entrada nazi en el Bundestag
Si Merkel gobierna en coalición, la formación nazi podría la primera fuerza de la oposición, Merkel ha dedicado sus últimas horas de campaña a confrontar con los extremistas.
Alemania se prepara para un momento nuevo en su historia parlamentaria desde la posquerra. Un partido nacionalista, con principios abiertamente nazis, podría entrar al parlamento del país por primera vez en casi seis décadas.
Populista, extrema derecha, en realidad, nazi, Alternativa für Deutschland ha fortalecido su trayectoria ascendente en la última semana antes de la votación, según dos encuestas publicadas el viernes que le muestran como tercer partido.
Fundado hace apenas cuatro años como una fuerza anti-euro, la AfD podría obtener, según las encuestas, entre el 11% y el 13%, con el bloque conservador de Angela Merkel y los socialdemócratas cayendo puntos porcentuales, mientras que el partido de la izquierda radical cae a cuarto lugar.
Según las encuestas de los respetados institutos INSA y Enmid el viernes, la alianza Merkel CDU / CSU estaba entre 34% y 36% y el SPD entre 21% y 22%. Die Linke entre un 10% y un 11%, liberales en un 9% y los Verdes habían subido hasta un 8%.
El contexto alemán
Un mercado de trabajo en casi pleno empleo con una tasa de desempleo del 4,1%, un superávit de la balanza comercial de casi 253 mil millones de euros (un récord), un gran superávit presupuestario de 23,7 mil millones de euros (+ 0,8% del PIB), un sector industrial con notable salud. La economía alemana está haciendo mejor que bien y es el mejor argumento para Merkel y el peor para Schultz.
La cara B de estos datos no es tan virtuosa. Detrás del aparente éxito, están los efectos de las reformas del mercado de trabajo, las llamadas «leyes Hartz» (principios de 2000), que obligaron a los desempleados a dejar su trabajo, recortaron los subsidios, la multiplicación de mini-empleos a menos de 450 euros al mes: uno de cada cinco alemanes se encuentra en situación precaria. Se han las desigualdades sociales, que han ido creciendo de manera constante durante quince años, el número de pobres aumenta con rapidez: el 16,7% de los alemanes viven oficialmente por debajo del umbral de pobreza. Hoy en día, los contratos a plazo fijo representan la mitad de los nuevos puestos.
Lo económico por un lado, lo social por el otro, como dos caras de la misma Alemania. Por un lado, la economía sostiene la popularidad de la canciller Angela Merkel desde 2005. La otra, la social, es más sensible a los discursos más demagógicos.
Posibles coaliciones
El Partido Socialdemócrata de centro-izquierda (SPD) ha estado en coalición con Merkel en dos ocasiones, configurando la llamada «Gran Coalición».
Las encuestas sugieren ahora que los alemanes se contentan con su actual gobierno, lo que significa que una Gran Coalición podría producirse por tercera vez en sólo cuatro elecciones.
Otra opción es una coalición Negro-Amarilla, compuesta por el partido CDU de Merkel respaldado por el Partido Democrático Liberal (FDP). Esta fue la opción por la que se optó en 2009-2013.
La única situación que plantea un riesgo para el liderazgo de Merkel es una coalición de izquierdas «Rojo-Rojo-Verde» liderada por el SPD Martin Schulz. Para ello, tendrían que sumar escaños SPD, Linke (Izquierda) y Grüne (Verdes).
Domingo Labrador