El pasado jueves el Gobierno confirmó que Rex Tillerson, secretario de Estado de Estados Unidos, barajaba “todas las opciones” ante el conflicto con Cuba originado por el “ataque acústico” que sufrieron 21 trabajadores destinados a la isla. Este viernes se ha hecho oficial la decisión de ordenar la retirada de todo el personal no esencial en su embajada en Cuba, según han informado las cadenas CNN y CBS.
Esta orden pretende también suspender la emisión de visas en la embajada en Cuba de manera indefinida. No es la única medida que contempla Trump, que alertará a los estadounidenses del peligro que conllevan si viajan a Cuba. El enfriamiento en las relaciones entre ambos países se vislumbra en la negación del presidente a negociar con Raúl Castro si no hay avances democráticos. De momento, al contrario de lo que hizo Obama, Trump ha establecido ciertas restricciones y ha respaldado el embargo.
Aún se desconocen las causas de dicho “ataque acústico”, pero lo cierto es que las 21 personas destinadas a La Habana habrían sufrido diversos “incidentes de salud”. Eso sí, informes médicos han diagnosticado que algunos de los diplomáticos sufrieron lesiones cerebrales traumáticas leves y pérdida de audición.
Esta situación fue la que propició que Tillerson, en la reunión del pasado martes con el canciller cubano Bruno Rodríguez, expresara su “gravedad” e insistiera a las autoridades cubanas en su “obligación de proteger al personal de la embajada y a sus familias”. Rodríguez, sin embargo, declaró que no había que tomar decisiones “apresuradas” sin “resultados investigativos concluyentes”. La relación entre ambos países queda ahora muy marchitada.
A. Puente