Los llamados «caníbales» eran una tribu que vivía en el Caribe y consumían carne humana, fueron denominados así por los conquistadores españoles cuando llegaron a la región. Y ya nos lo representó Francisco de Goya en «Saturno devorando a su hijo», situándonos ante el horror caníbal.
Existen casos de canibalismo por supervivencia, como lo ocurrido en 1972, cuando un grupo de rugby uruguayo quedó varado tras estrellarse su avión. Los supervivientes permanecieron atrapados durante 70 días y tuvieron que comerse a los compañeros fallecidos en el accidente para sobrevivir. Pero aún así, existen cientos de casos de canibalismo aprendido, más bien llamado antropofagia. Y hay cientos de sucesos estremecedores.
En 2007, Nicolas Cocaign, conocido como «el caníbal de Rouen», apuñaló con una tijera a su compañero de celda de la cárcel de Rouen, Francia, y más tarde lo asfixió con una bolsa de basura. Cuando llegó la hora de cenar, el imputado cogió una navaja de afeitar, abrió el pecho a la víctima, le sustrajo un pulmón, lo preparó «con cebolla y arroz» y se lo comió. Según la declaración que realizó después, asesinó a su compañero por un acto impulsivo al ver que había tapado el baño, y se lo comió para conocer el gusto de la carne humana. Cocaign fue sentenciado a cadena perpetua.
Armin Meiwes, apodado como «el caníbal de Rotemburgo», tenía el sueño de devorar a alguien, y terminó consiguiéndolo. Este alemán publicó un aviso en Internet con el fin de encontrar a alguien que quisiera ser asesinado y devorado y éste contactara con él. Aunque parezca insólito, unos días después acudió hasta su casa un ingeniero que se declaraba bisexual, el cual consideraba que la violencia y la tortura eran parte del acto sexual. Así fue, que Meiwes se encargó de grabar todo el proceso, donde se muestra a la víctima siendo devorada estando aún vivo. Cortó sus partes íntimas para luego asesinarlo y descuartizarlo. Los demás restos fueron guardados en el congelador y tardó varias semanas en comerse el cuerpo entero.
“El caníbal de Miami”, un hombre que devoró gran parte del rostro a un indigente en plena calle de Miami. El agresor atacó brutalmente al vagabundo arrancándole la piel en tiras y arrancándole los ojos. Ronald Poppo, quien quedó ciego, sufrió el ataque el 26 de mayo de 2012 cuando Rudy Eugene, conocido como “el caníbal de Miami”, le destrozó con los dientes más del 50% del rostro. El atacante, quien actuaba bajo el efecto de lasa drogas, estaba desnudo y desagarró a Poppo gran parte de la frente, de la mejilla y la nariz. finalmente fue abatido a tiros por la policía, muriendo en el acto.
Mohammad Arif Ali y Muhammad Farman Ali, dos hermanos pakistaníes, fueron arrestados en 2014 después de que la policía encontrase en su casa una cabeza humana de un niño. Aún así, las autoridades descubrieron luego que ambos habían desenterrado más de 100 cuerpos de un cementerio cercano para comérselos. Éstos se habían acostumbrado a comer carne humana desde niños, cuando su padre asesinó a la madre y se la comieron.
Peter Bryan, “el caníbal de Londres”, consideraba que la carne humana era un gran alimento. Tras matar a dos personas, fue detenido y trasladado a un hospital psiquiátrico, luego en 2004 salió del centro ya que los especialistas pensaban que había mejorado. Pero, evidentemente, Bryan no había mejorado. Asesinó a un amigo suyo y decidió cocinar algunas partes de su cuerpo y, posteriormente, comerlas. La policía encontró en la cocina del asesino sobras de pan tostado con algo de carne untada. Finalmente, se descubrió que la carne untada era tejido cerebral de Brian Cherry, amigo del caníbal.
Daniel Rakowitz, condenado por asesinato y canibalismo. En 1985 se muda a Nueva York, y cuatro años después conoce a Monika Beerle, quien sería su compañera de piso. Tras 16 días viviendo juntos, Rakowitz la despedazó, hirvió su cabeza y con el cerebro de su compañera, preparó una sopa que se tomó. Para eliminar el resto del cuerpo, organizó un banquete al que invitó a sus amigos y a los pobres del barrio. Nadie logró adivinar que lo que estaban comiendo era carne humana.
El caso más reciente y macabro que ha salido a la luz es el de la pareja rusa. Fueron detenidos en la región de Krasnodar, Rusia. El hombre, de 35 años, y su esposa, asesinaron a 30 personas desde 1999 y ambos ingirieron partes de los cuerpos de sus víctimas, según los medios rusos. Fue la policía rusa quien detuvo a la pareja tras localizar unas fotos en un teléfono móvil, donde ambos aparecían junto a pedazos descuartizados de su última víctima, una mujer a la que acababan de conocer.
Paula Faraldo