La fuente de sorpresas políticas de Donald Trump continúa sin agotarse, aunque esta semana, el mandatario estadounidense ha roto todas las previsiones y análisis posibles en uno de los campos más sensibles: la relación política con Corea del Norte. El anuncio de que Trump acepta reunirse con Kim Jong Un ha sorprendido a medio mundo, analistas incluidos, tras el intenso año de cruces entre ambos mandatarios, lanzamientos de misiles balísticos por parte de Pyongyang e, incluso, amenazas de “pulsar el botón nuclear”.
Ahora, ha sido el propio presidente de EEUU, quien a través de Twitter -la misma red social con la que se ha enzarzado en varias ocasiones en una escalada verbal con el líder norcoreano- ha confirmado este encuentro. De hecho, el propio Trump ha confirmado que la desnuclearización es la base sobre la que se ha forjado el contacto:
Kim Jong Un talked about denuclearization with the South Korean Representatives, not just a freeze. Also, no missile testing by North Korea during this period of time. Great progress being made but sanctions will remain until an agreement is reached. Meeting being planned!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 9 de marzo de 2018
La decisión ha sido tomada directamente por Trump, según ha confirmado el secretario de Estado Rex Tillerson, y se basa en un cambio “dramático” en la postura del líder norcoreano. «El presidente Trump ha dicho desde hace mucho tiempo que está abierto a conversaciones y que se reuniría con Kim cuando las condiciones fueran las correctas”, ha dicho el máximo responsable de la Diplomacia estadounidense. “Y creo que ese momento ha llegado”.
Ha sido el director de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui Yong, quien ha anunciado la buena disposición del presidente estaounidense a reunirse en mayo con su homólogo norcoreano, Kim Jong-un. El contexto de la reunión, se enmarca en un intento de lograr “la desnuclearización permanente” de la península coreana. La iniciativa ha sido del líder norcoreano, quien le ha dirigido una carta a Trump con una invitación a reunirse con él en Corea del Norte, según ha recogido la agencia de noticias Yonhap.
Además, Kim Jong-un pide que la reunión se lleve a cabo “lo antes posible” y con el objetivo prioritario de abordar la situación en la región y conseguir su desnuclearización permanente. De hecho, el portavoz surcoreano que ha informado de la reunión, ha asegurado que Kim se ha «comprometido a lograr la desnuclearización» y que dejará de lado «cualquier tipo de ensayo balístico o nuclear», tal y como aseguraba Trump en su Twitter.
¿Aceptará el acuerdo?
La cuestión es qué concederá Trump a cambio, además de convertirse en el primer mandatario estadounidense que se reúna con su homólogo norcoreano -lo que, por otra parte, coloca a Kim al mismo nivel, una circunstancia que no será desaprovechada por el régimen-. En algunos medios estadounidenses se ha sacado a relucir la posibilidad de una retirada de tropas estadounidenses en la península coreana a cambio de esa paralización de la proliferación armamentística nuclear, tal y como aseguró el exasesor de Trump Steve Bannon y recuerda ‘Defense One’.
Se trata de un acuerdo que Pyongyang ha ofrecido reiteradamente a distintas administraciones estadounidenses, pero siempre ha sido rechazado. Sin embargo, la gran pregunta que queda en el aire hasta la reunión cara a cara es si Trump aceptará el acuerdo. Para varios analistas, citado por el diario especializado en defensa anteriormente citado, existe esa posibilidad por tres motivos.
Para empezar, Trump quiere eliminar cualquier posibilidad de ataque a territorio estadounidense y la constante amenaza norcoreana con los misiles balísticos intercontinentales es una dificultad difícil de gestionar. De hecho, ha perseguido la posibilidad de concretar ataques preventivos sin contar con la aprobación de Seúl.
Este es, precisamente, el segundo punto a favor de un acuerdo con Corea del Norte: la alianza con su vecino del sur. Como le ha pasado con distintos países y hasta con la propia OTAN, Trump ha visto siempre con recelo los acuerdos en los que EEUU pone medios y militares sin recibir nada a cambio. “¿Hasta cuándo vamos a defender a Corea del Sur de Corea del Norte sin que nos paguen por ello?”, se preguntaba en una entrevista en la NBC en el año 2015. “Tenemos 28.000 soldados allí (…) y no obtenemos nada comparado con su coste”, insistió. El tercer factor que recoge el medio especializado estadounidense es el propio ego de Trump, ya que se ve como el mejor negociador.
Giro en los Juegos Olímpicos de Invierno
Sea como sea, lo cierto es que las posturas entre las dos Coreas se han ido suavizando. Han sido precisamente las pruebas realizadas con misiles realizadas por Corea del Norte las que más han hecho subir la temperatura de las relaciones bilaterales, tras varias amenazas directas con atacar territorio estadounidense y los famosos enfrentamientos vía Twitter:
North Korean Leader Kim Jong Un just stated that the “Nuclear Button is on his desk at all times.” Will someone from his depleted and food starved regime please inform him that I too have a Nuclear Button, but it is a much bigger & more powerful one than his, and my Button works!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de enero de 2018
Sin embargo, el acercamiento entre las dos Coreas a cuenta de los Juegos Olímpicos celebrados en Pieonchang, con la asistencia de la hermana del dirigiente norcoreano en la delegación de apertura, ha templado los ánimos en la región.
El anuncio de la reunión ha sido muy bien recibido en Rusia, China y Corea del Sur, países con obvios intereses en la zona. El ministro de Exteriores chino ha dicho que espera que todos las partes del conflicto muestren su “coraje político” y ha mostrado su apoyo a las conversaciones, al igual que Serguéi Lavrov, el ministro de Asuntos Extetiores ruso, que ha calificado el encuentro como “un paso en la dirección correcta”.
Paula Pérez Cava