Estados Unidos demostró esta noche su poder al mundo. En una operación militar, coordinada con Inglaterra y Francia, atacó a Siria por el supuesto empleo de gas cloro contra la población civil de Duma (Siria). “Esta malvada y despreciable agresión no fue obra de un hombre, fueron los crímenes de un monstruo”, declaró el presidente Donald Trump en un discurso en el que prometió mantener el pulso hasta que Siria abandone el uso de agentes prohibidos. La represalia, presentada como un «golpe de precisión» contra objetivos militares y centros de producción y almacenamiento de armas químicas, retumbó más allá de tierras sirias. Tanto a Rusia como a Irán, Trump les hizo saber que Estados Unidos, bajo su mando, no titubea: dispara. «Deben decidir de qué lado están», dijo.
D.L.