lunes, noviembre 25, 2024
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El Congo amenaza exportar ébola a España por su caos sanitario y fronterizo

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Entre la miseria más absoluta, en un país devastado por la guerra, ciento cuarenta y nueve españoles viven en la República Democrática del Congo. Ahora, el ébola ha vuelto a hacer su aparición. La cifra de personas fallecidas se eleva a 179, lo que convierte este brote en el cuarto peor que ha sufrido el país. El epicentro está en Bikoro, una zona remota y rural, pero poco a poco se extendió a Mbandaka, una ciudad con más de un millón de habitantes.

En Bikoro , donde la situación se ha convertido en limite,  viven tres religiosas, pertenecientes a la orden de las Hijas de la Caridad. Según detallan desde las Obras Misionales Pontificias (OMP), actualmente hay 112 misioneros españoles en la República Democrática del Congo, país al que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación desaconseja viajar “salvo por razones de extrema necesidad”. Las tres religiosas españolas de la orden -dos de la congregación de Madrid y una de la de Sevilla- se encuentran en “perfecto estado”, ha indicado la portavoz de las OMP.

“Sin ébola la situación ya era complicada. Pobreza absoluta, niños con malnutrición severa, conflictos armados… Ahora las hermanas están enfrentándose a una situación más complicada todavía con el brote de la enfermedad. Pero ellas son fuertes y están perfectamente capacitadas. No han querido volver, a pesar de tener la opción. Ellas han dado su vida entera por los más desfavorecidos y allí quieren seguir. Dicen que no pueden abandonarles ahora, cuando más lo necesitan”, comenta una de las hermanas de la congregación.

Lo cierto es que en los últimos meses, el país de África Central ha sufrido una oleada de violencia, rebeliones y disturbios, que han hecho crecer la preocupación de que se desate una guerra civil como la que entre 1997 y 2003 terminó con la vida de cinco millones de personas.  La autoridad central ha ido perdiendo terreno a favor de las milicias rivales, que ya dominan grandes zonas del territorio.  Los constantes enfrentamientos han provocado que, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas de marzo, más de 13 millones de congoleños necesiten ayuda humanitaria, el doble que hace un año; y 7,7 millones enfrenten una grave situación de inseguridad alimentaria, un 30% más que hace un año.

Para más inri, la RDC está sufriendo la peor de epidemia de cólera registrada desde 1994, que cifra ya en más de 1.000 los muertos a consecuencia de la enfermedad y la práctica totalidad del país está afectada. No solo eso: el brote de ébola amenaza con extenderse a Uganda y Ruanda, ha adevrtido Robert Steffen, presidente del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el brote actual. Para evitar que la enfermedad se extienda, desde agosto se ha vacunado a 18.000 personas que habían estado en contacto con afectados por el ébola,.

A pesar del paisaje desolador, según la OMS, en comparación con la gran epidemia de 2014-2015 en el oeste de África, “estamos mejor”, precisamente gracias a la vacuna y a nuevos fármacos contra el virus. De hecho, al principio de la epidemia de 2014 la mortalidad en África se situaba en más del 50 por ciento de los afectados y, gracias a los tratamientos que en ese momento aparecieron, en Europa y Estados Unidos se situó en el 20 por ciento de los casos.

Ahora bien, una investigación liderada por la Universidad de Kent (Reino Unido), y publicada recientemente, ha puesto de manifiesto que en un futuro «bastante factible», el control del brote de ébola depende de la supervisión y el aislamiento de los casos, y no de una campaña de vacunación a gran escala. Además, ha identificado que, en las fases críticas de muchos brotes de virus del ébola, un solo afectado infecta a cuatro o más personas, lo que permite que se propague rápidamente. Con estos datos, los científicos han asegurado que el 80 por ciento de la población debería vacunarse para prevenir brotes, incluso si se contara con una vacuna altamente efectiva que proteja al 90 por ciento de las personas después de la vacunación.

En este sentido, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Europa es el del control de viajeros. Muchos aeropuertos están destruidos y hace falta viajar a terceros países con el fin de tomar un avión rumbo a Europa. Fuentes policiales explican que en “en ocasiones estos desplazamientos se hacen por vía terrestre y no queda registrado su paso por la RDC. Al hacer los controles de entrada, nosotros no podemos saber si vienen de una zona de riesgo de contagio porque aparentemente llegan desde un país seguro”.

Con todo, desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), se muestran optimistas con que no vaya a ocurrir otro caso como el de hace cuatro años. «Esta vez se ha detectado mucho antes, nuestra capacidad para atender las epidemias ha sido muy rápida, ya hay gente de la OMS y de MSF en la zona, por lo que contener esta epidemia es relativamente sencillo con las medias básicas de aislamiento y tratamiento de los afectados, y de seguimiento y aislamiento de las personas que hayan podido estar en contacto con ellos», zanjan.

Bárbara Baron

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