«España solicita a las partes que acuerden la tregua humanitaria exigida por las Naciones Unidas y que garanticen la seguridad de los civiles», especifica el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
De la misma manera, hace «un llamamiento al cese inmediato de la ofensiva» sobre Trípoli, la capital del país, «y pide a todas las partes que hagan prueba de contención para evitar una escalada militar».
A través de la nota, el Ejecutivo deposita su confianza en el representante especial de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, para que consiga el «regreso de todos los actores al diálogo político» y así evitar más actuaciones militares «como solución a la crisis», de la misma manera que hizo el secretario general de ese organismo, Antonio Guterres.
Libia es víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes contra la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde 2014 hay en el país dos focos de poder enfrentados: un gobierno sostenido por la ONU en Trípoli, que apenas controla la capital y algunas zonas del oeste, y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk tutelado por el mariscal Hafter, que domina cerca del 70 % del territorio.
La ofensiva de Hafter se inició la pasada semana, cuando Guterres hizo una visita oficial a Trípoli.
AM