La mayor contribución que puede hacer Cuba para ayudar a que Venezuela recupere la democracia es sacar del país los 2.300 funcionarios de seguridad e inteligencia que rodean a Nicolás Maduro. Ese fue el mensaje que dio el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, el domingo en un programa televisivo y que ha levantado polémica porque la atención se ha fijado en que Washington conversa con La Habana para que ayude a resolver la crisis política venezolana.
La información la ofreció el Miami Herald en un trabajo publicado en su página web el martes, y recoge las palabras textuales que el funcionario estadounidense dijo en el programa de la cadena CBS Face de Nation.
“Estamos trabajando diligentemente para asegurarnos de que Maduro se vaya y podamos tener elecciones libres y justas en Venezuela. Para eso es imprescindible que 2.300 cubanos que se encargan de la seguridad, francamente lo más cercano a Maduro, que lo protegen… ellos tienen que irse. Estamos trabajando con los cubanos, tratamos de obtener resultados que les den a los venezolanos esa oportunidad”, dijo Pompeo delante de las cámaras.
Señala el Miami Herald que se trata de la primera vez que el gobierno de Estados Unidos habla del número de agentes cubanos de seguridad que está en Venezuela. Muchos representantes de Trump y miembros del Congreso han denunciado que funcionarios de la contrainteligencia de la isla ayudan a Maduro a mantenerse en el poder y lo protegen.
#9May Nicolás Maduro, en un acto de graduación con “médicos comunitarios”, dijo que habían tenido que traer a un grupo de 500 militares cubanos, sin embargo, luego se disculpó con un «se me chispoteó» – @VPITV pic.twitter.com/8gIs14vKeC
— Reporte Ya (@ReporteYa) 9 de mayo de 2019
El periódico de Miami envió al Departamento de Estado una petición de comentario sobre las observaciones que hizo Pompeo, que fue respondida con una declaración: “El gobierno de Estados Unidos regularmente mantiene contacto con el gobierno de Cuba”. El vocero del bureau para Asuntos del Hemisferio Occidental agregó: “No estamos obligados a dar detalles sobre nuestras discusiones diplomáticas”.
El asesor de Seguridad del gobierno de Trump, John Bolton, ha mantenido en varias ocasiones que en Venezuela hay aproximadamente 20.000 militares cubanos. La isla ha negado reiteradamente esta afirmación, sobre todo porque asegura que 90% de sus ciudadanos diseminados por toda Suramérica son médicos. También niega que tenga alguna participación en las operaciones de seguridad en Venezuela.
El jueves, en cadena nacional, sin embargo, Maduro comentó delante de un grupo de médicos integrales graduandos: “Tuvimos que traer a 500 soldados cubanos. ¡Perdón!, se me chispoteó. 500 soldados de la salud, batas blancas…”. La advertencia sobre la presencia militar cubana también la han hecho voceros opositores venezolanos e incluso militares en condición de retiro.
También el Grupo de Lima decidió hacer un llamado a La Habana para que participe en la búsqueda de soluciones a la crisis venezolana. Se conoció que el primer ministro canadiense (país que forma parte del bloque), Justin Trudeau, habló telefónicamente con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. “El primer ministro, de parte del Grupo de Lima, subrayó el deseo que tienen de que se hagan elecciones libres y constitucionales en Venezuela. El primer ministro también reiteró su preocupación por el sufrimiento de los venezolanos. Los dos líderes discutieron sobre la manera de trabajar juntos para conseguir una salida pacífica de la crisis”, fue la declaración del gobierno de Canadá.
Sin embargo, la versión cubana sobre la conversación incluyó la idea de que La Habana propone que Maduro participe en esas negociaciones. “Hablé con el primer ministro canadiense Trudeau e hice énfasis en que se necesita un diálogo con el presidente Maduro sobre la base del respeto por la soberanía de Venezuela y la ley internacional de no intervención”, aseguró Díaz-Canel.
El gobierno cubano también recibió una llamada de la alta representante de la Unión Europea, Federica Mogherini.
A pesar de todas estas gestiones, no queda claro cuán interesada está Cuba en ser parte de la solución de la crisis venezolana. La isla depende del petróleo venezolano para suplir casi la mitad de su consumo interno.
Los ingresos cubanos han sufrido varios recortes, no solo de petróleo. Algunos países han cerrado las puertas al personal que exporta la isla, sobre todo médico. Se ha evidenciado además problemas de abastecimiento de alimentos. El propio Raúl Castro, ex presidente de Cuba, recientemente advirtió a los ciudadanos sobre la profundización de la crisis. El Miami Herald asegura que la élite en el poder está nerviosa. Prueba de ello es que las autoridades no dieron el acostumbrado discurso con motivo del Primero de Mayo y también cancelaron la marcha anual contra la homofobia para no aparecer en público.
El periódico consultó con el profesor universitario William LeoGrande, especialista en asuntos cubanos, quien afirma: “El interés de Cuba está en que Venezuela sea un país estable, para que pueda seguir cambiando petróleo por servicios médicos. La situación actual no es buena para Cuba, pues Pdvsa es un desastre, los envíos de crudo han disminuido y el futuro es completamente incierto”.
A juicio del profesor, el mejor escenario para La Habana es que se negocie la supervivencia del chavismo como partido político y que se garantice la continuación, aunque sea parcial, del acuerdo de petróleo por personal médico.
El cambio de opinión sobre la posibilidad de diálogo puede ser una señal de que Cuba considere que un acuerdo político llegue a ser la mejor opción para Maduro. LeoGrande piensa que también para la oposición venezolana esta sería una salida, sobre todo tomando en cuenta que el apoyo de la Fuerza Armada a Juan Guaidó no se ha materializado del todo.
Aunque algunos analistas creen que traer a Cuba a la mesa de negociaciones es inevitable, precisamente porque la oposición no ha podido convencer a los militares de que apoyen a Guaidó, la idea no es bien vista por venezolanos y cubanos que dudan de que La Habana asista a las negociaciones de buena fe. Los más críticos aseguran que el gobierno cubano lo que tratará es de comprar tiempo para Maduro.
La activista opositora cubana Rosa María Payá asegura que estratégicamente sentar a Cuba en la mesa de negociaciones no tiene sentido “porque las mafias socialistas que tienen el poder en Venezuela son parte del régimen cubano o muy cercano a él. Por lo tanto, la gente de Castro irá a esas negociaciones para garantizar la supervivencia del régimen criminal de Venezuela, y no el final de la dictadura”.
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