El teniente coronel Igbert Marín Chaparro está detenido en la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Tiene un mes y una semana sin contacto con sus familiares ni abogados. Sus parientes temen por su estado de salud y exigen una fe de vida.
Al detenerlo lo torturaron, denunció su abogada Yocelyn Carrizalez. «Le colocaron capuchas con gas lacrimógeno, estuvo cinco días amarrado y sin comer», dijo.
Progresivamente le redujeron las comunicaciones. «Tiene ya más de 3 meses sin poder hacer llamadas telefónicas, más de 2 meses sin derecho a recibir abogado y más de 1 mes y una semana sin visita familiar. A estas alturas llevo más de 40 días sin tener una fe de vida», informó su defensora.
Marín, que tenía 20 años de servicio, fue detenido junto a 8 compañeros más el 2 de marzo de 2018, después de ser acusado por un compañero de conspiración contra el régimen de Nicolás Maduro. Presuntamente planificaba un golpe de Estado. Su abogada asegura que el expediente solo cuenta con una declaración como prueba.
Al detenerlo, el comandante indicó las incomodidades que tenían sus compañeros de la Guardia Nacional Bolivariana en una reunión que mantuvo con el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, el comandante general Jesús Suárez Chourio y el mayor general Iván Hernández Dala.
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