Trascendió desde ayer 2 de junio, la remoción de dos servidores públicos de la Fiscalía General de la Nación.
Se trata de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, ex titular de la Subprocuraduría especializada en la investigación de delitos federales, SEIDEF y Omar Hamid García Harfuch, ex director de la Agencia de investigación criminal, AIC.
Ambos son funcionarios de la pasada administración y están señalados en sendas investigaciones; Felipe, en el desvío de 700 millones de pesos de las secretarías de Desarrollo Social (hoy Bienestar) y Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, donde se involucra a Rosario Robles Berlanga y Emilio Zebadúa González, en caso conocido como Estafa Maestra.
A Omar, quien expresó motivos de salud para retirarse del cargo, se le implica en la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural (magisterio) de Ayotzinapa (en el estado mexicano de Guerrero), quienes aún permanecen en esa calidad y cuyas familias reclaman justicia con apoyo de diversos colectivos.
En su lugar, podrían llegar Juan Ramos López y Ramón Zuazo Torres, respectivamente.
El anuncio se da a unos días en los que la propia Fiscalía diera a conocer la detención en Mallorca del empresario mexicano Alonso Ancira Elizondo, presidente del Consejo de administración de Altos Hornos de México y el libramiento de la orden de aprehensión en contra del ex titular de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin.
Con señales claras, Alejandro Gertz Manero, Fiscal de la República, inicia una campaña para combatir la impunidad de los altos funcionarios del antiguo régimen que se ha sabido en próxima fecha encomendará a Natividad Ramirez Ramos, a fin de iniciar la recuperación del dinero del Pueblo, cuyo destino ya está siendo rastreado en el extranjero.
El sistema neoliberal implementado desde hace 30 años y que llegó a su fin con la llegada de la 4T, propició a través de procesos poco claros de privatización beneficios desmedidos para un grupo de empresarios privilegiados.
Los programas sociales que se suponían sería el destino de los recursos obtenidos por las ventas, terminaron siendo malversados en una abierta práctica de pillaje descrita por el periodista Jenaro Villamil, como cleptocracia.
El término se creó para significar al gobierno golpista de Mobutu Sese Seko, quien derrocara al legítimo Premier de Zaire, Patricio Lumumba, con apoyo de fuerzas imperialistas y coloniales y cuya dictadura logró acumular para su cuenta personal, 5 mil millones de dólares estadounidenses, equivalentes al monto de la deuda externa de su país.
El neoliberalismo, también dejó a los cuerpos de seguridad del Estado mexicano vulnerados por la corrupción ante el poder económico de los narcotraficantes, a quienes terminaron sirviendo. Todo esto ante la frustración popular.
Por eso, los signos de combate a la corrupción son una medida de aliento para esperar; la esperanza de México.
Nota. Desde este espacio: vaya un abrazo fraternal a Jenaro Villamil por el fallecimiento de su padre.
Ariel Maldonado Leza