El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó a su gobierno tomar las medidas necesarias para dar una respuesta recíproca a las acciones de Estados Unidos tras la suspensión del Tratado sobre Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF).
«Ordeno al Ministerio de Defensa de Rusia, al Ministerio de Exteriores y otros departamentos específicos a analizar el nivel de amenaza creada por las acciones de Estados Unidos para nuestro país y tomar medidas exhaustivas para preparar una respuesta simétrica», dijo Putin en una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia.
Aseveró que el gobierno estadunidense realiza una campaña de desinformación contra Rusia, acusándola de violaciones del Tratado INF, cuando el verdadero objetivo era desmantelar el acuerdo y desarrollar nuevos misiles, de acuerdo con el servicio ruso de noticias Sputnik.
El Pentágono informó el lunes pasado sobre la realización de un ensayo de vuelo de un misil crucero convencional lanzado desde tierra, que alcanzó su objetivo tras volar más de 500 kilómetros.
El ensayo se llevó a cabo a menos de un mes de que Estados Unidos se saliera de del INF, un tratado firmado el 8 de diciembre de 1987 por los entonces presidentes Mijail Gorbachov (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y Ronald Reagan (Estados Unidos), que puso fin a la carrera armamentista.
El INF establecía el fin de todos los misiles balísticos y de crucero con rangos de entre 500 y cinco mil kilómetros.
De acuerdo con Putin, el ensayo estadunidense confirma la validez de las preocupaciones expresadas en reiteradas ocasiones por Moscú en relación a que Washington «llevaba mucho tiempo involucrado en la creación de armas prohibidas por el Tratado INF».
En lugar de enmendar esa situación intolerable y retomar el cumplimiento del acuerdo, Estados Unidos orquestó una campaña de propaganda sobre la supuesta violación de las cláusulas del mismo por parte de Rusia, agregó.
Washington acusó a Moscú de violar el acuerdo al desplegar varios misiles 9M729, conocidos por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como SSC-8, algo que el Kremlin negó.
Rusia nunca quiso, no quiere y no va a involucrarse en una carrera armamentista, «costosa y dañina» para su economía, aseguró el dirigente ruso, quien manifestó que su país está dispuesto a dialogar con Estados Unidos «para restablecer la confianza y fortalecer la seguridad internacional».
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